Joel Joan: «Lo que te hace humilde es admitir que no somos gran cosa, ninguno de nosotros, ni los mas grandes»

Por: Antonia Utrera.-

Joel Joan i Juvé (Barcelona, 2 de noviembre de 1970) es actor, director y guionista. La primera vez que subió a un escenario profesionalmente fue en 1992, con Calixto Bieito, en «Sueño de una noche de verano» . Y en la televisión, en la serie Poblenou (1994). Después vinieron Platos Sucios (1999), El crac (2014), etc. Ha trabajado en muchas películas, como «El corazón del guerrero, Excusas!, donde fue director y guionista, Vicky Cristina Barcelona, dirigida por Woody Allen, y Fenix 11.23, entre otras. Ha recibido dos Premios Ondas. Desde el 2008 al 2013 fue presidente de la Academia del Cine Catalán. Después del gran éxito en el teatro con «Escape Room», ahora podemos verlo a partir del 22 de marzo en el Teatro Goya de Barcelona en «El Gran Comediante», una comedia genial para no parar de reir, dirigida y coescrita junto a Hèctor Claramunt. Y como primicia, en el cine estrenan el 11 de marzo la película «Escape Room».

¿Cuál es la historia de El Gran Comediante?

Es la historia de un superdivo, de una persona que ha tenido mucho éxito en la vida, que ha triunfado, que tiene un ego enorme, narcisista. Es un cromo el hombre, de triunfador y de creído. La historia empieza en el momento en el que su mejor amigo, que se conocieron en el Instituto del Teatro, a quien la carrera le ha ido fatal. No le ha funcionado nada, es un pobre hombre, no ha conseguido hacer nada de bueno en la vida. Gracias a un speech motivador que le hace mi personaje, Llorenç Tortosa, el hombre empieza a creérselo y le empiezan a ir bien las cosas, hasta el punto que le va mejor incluso que al Llorenç. Esto es una cosa que despierta en nuestro protagonista unos celos feroces, aunque hace ver que no, y aquí empiezan los problemas que se van complicando porque estos celos lo llevan a «cubrirse de gloria», llega a unos límites que pone en riesgo la vida de su mejor amigo.

El éxito es peligroso.

El éxito es el bicho que hace que a nuestro protagonista «se le vaya la olla» y piense que está por encima de los otros, que esto será eterno y que la fiesta no parará nunca. Acostumbra a pasarnos a muchos de nosotros, es decir, cuando tenemos mucho éxito es fácil creértelo, es fácil pensar que estás por encima de los otros, porque tú estás triunfando y los otros no. Y también te puede hacer muy desgraciado el éxito. Porque lo puedes querer mantener a toda costa y entonces quieres más y más, es una droga altamente peligrosa.

La droga del poder…

Es que el éxito es poder, quien tiene éxito hace que las cosas le vayan bien, puede levantar proyectos, solo con su nombre puede hacer que una película se ponga en marcha o no se ponga en marcha. El poder de las estrellas y de la gente que tiene éxito es enorme.

La otra cara es el fracaso.

Que es el caso de Ernest, el coprotagonista de esta historia, el fracasado absoluto, y que además, lo lleva con cierta elegancia. Él se conforma con lo que tiene, e incluso llega a decir al principio de la obra que quizás ya esté bien de continuar picando en la misma piedra y, que si la vida le está dando señales de que este no es el camino, pues escúchame, coge otro. Y es mi personaje que ante esto le dice que «no, no, no, de ninguna forma, tú vales mucho” y quiere ser buena persona. Llorenç no es mala persona, es un vanidoso, que se equivoca porque se cree mejor que los otros, pero no es una mala persona, y le ayuda, le dice, «no, tú tienes mucho talento, confía en tí mismo» y bien, le da tanta esperanza y tanta confianza que el otro va y lo peta!

«no somos buenos ni malos, somos víctimas de nuestras circunstancias y de nuestras propias debilidades»

Llorenç no es una mala persona, solo que el ego se le ha inflado mucho.

Es que de hecho, yo pienso que no somos buenos ni malos, ninguno de nosotros, somos víctimas de nuestras circunstancias y de nuestras propias debilidades, somos débiles, pero no somos mala gente en general. Cuando no tienes autoestima, te sientes muy desgraciado, es fácil que entonces eches mierda a los otros, porque no estás a gusto contigo mismo. Echar mierda a los otros, ¿es de mala persona? Hombre, si lo queremos catalogar moralmente quizás si, pero es a causa de una insatisfacción previa. Yo no creo que haya buenas o malas personas, sino que todo es muy complicado, que somos víctimas de nuestras propias debilidades.

Juzgamos sin saber qué grado de sufrimiento hay detrás del otro.

Sí, y la empatia es exactamente eso, no juzgar el otro por sus actos si no intentar comprender porque aquella persona se comporta así. Y cuando llegas a entender esto… Hay un vídeo del Alec Baldwin muy bueno. Él estuvo en un rodaje donde mató a la directora de fotografía de la película, le dieron un arma cargada y se le disparó sin apretar el gatillo, y mucha gente le ha criticado mucho en las redes. En este vídeo él dice «yo no creo que sea mala gente, la gente que me dice todo esto, yo creo que tenemos que ser condescendientes y compasivos con esta gente, porque seguro que todo esto nace de otras cosas». Me gustó. Proyectamos nuestras frustraciones en los otros y nos convertimos en malas personas, pero no es que lo seamos.

¿El fracaso nos hace más humildes?

El fracaso también te puede hacer resentido, que estés enfadado con el mundo, te puede convertir también en una persona muy áspera y nada amable. Lo que te hace humilde es admitir que no somos gran cosa, en general, ninguno de nosotros, ni los más grandes, y que todo es fruto de mucho esfuerzo. La gente que realmente ha triunfado, que tienen dinero, fama… normalmente son gente que es humilde a la vez, que no se lo creen.

Joel Joan es un hombre de éxito.

Si el éxito es llevar gente al teatro y que mis cosas gusten, después de mucho esfuerzo en hacerlas, pues podemos decir que sí, porque últimamente las cosas me están yendo muy bien…

La obra de teatro «Escape Room» está siendo un fenómeno.

Si, se ha hecho durante muchos años y continúa en cartel, ahora sigue en el Teatro Condal. Y estrenamos la película «Escape Room», por cierto, el 11 de marzo (tenéis la exclusiva) y estoy muy contento!

«la comedia es un bálsamo para la vida»

Y ahora «El Gran Comediante»…

Si, es una obra que conecta mucho con el público, que ríen mucho, y esto es éxito. Pero tengo éxito porque me lo genero yo, me escribo las obras y me las produzco y trabajo mucho, pero no porque tenga muchas ofertas, por ejemplo, a nivel de ofertas soy bastante fracasado, no tengo tantas como a mí me gustaría, ni mucho menos. Yo lo que considero es que tengo mucha suerte, porque las cosas que hago conectan mucho con el público, claro que dedico muchas horas y trabajo mucho porque sea así. No me gusta desconectarme y hacer cosas que el público no pueda entender. A mí me gusta que el público entienda lo que hago y me sigan las historias y vengan conmigo a hacer el viaje.

Entonces la comedia es una muy buena vía.

La comedia es la gran vía para llegar al público. Realmente hacer reír a la gente es una cosa que a la gente le apetece mucho y más aún con los tiempos que corren, que estamos tan tocados emocionalmente. Esta pandemia ya hace años que dura, y ahora que pensábamos que nos lo habíamos quitado de encima, esta recaída ha sido durísima. Hacerles olvidar por un momento de sus miserias y de su día a día, y reír con unos personajes que entienden y que empatizan con ellos y que se les ven las costuras y lo mezquinos ó lo tremendamente burros que son… La comedia es un bálsamo para la vida. Es que reír… ¿Qué hemos venido a hacer a este mundo?, nada, somos una casualidad, estamos aquí en este sistema solar, el universo es oscuro y aquí hay mucha luz y ¿qué hemos venido a hacer? Pues, escúchame, querernos, querernos y reír, no? aparte de comer y copular, que también es esencial (ríe) pero una vez has comido y… pues eso, me parece que reír y estimar está en el top de las necesidades humanas.

Los teatros vuelven a estar a tope.

No tanto como nos gustaría, ya te lo digo, porque todavía hay gente que le tiene miedo a las multitudes, que se lo piensa dos veces antes de ir al teatro.

A pesar de eso «El Gran Comediante» está triunfando…

Si, una vez más, tenemos suerte, tenemos mucha suerte, y el boca-oreja funciona muy bien. Los aplausos son muy buenos, por lo tanto estoy seguro de que al final de la función hay mucha gente que la recomienda.

Los aplausos son un buen indicador.

Totalmente, los aplausos no engañan, es como el algodón, yo he estado en muchas funciones que al acabar dices «sí, les ha gustado, pero tampoco tanto…» y con «El Gran Comediante» te das cuenta de que están felices…

El estreno fue un éxito, quizás ayudó un poco el PP de Badalona?

No, (ríe) a esto se le llama efecto Streisand, si, si, porque a Barbara Streisand una vez le hicieron unas fotos de su casa con un dron, o con algo y ella no quería que se publicaran. Se enfadó muchísimo, y montó un pitote tan grande que al final, unas fotos que hubieran pasado desapercibidas, consiguió que todo el mundo las viera. Todo el mundo vió su casa que era lo que ella quería que no se viera. Y a partir de entonces se le dice a esto, el efecto Streisand. Y con aquel ataque de histerismo del PP consiguieron que mucha gente se enterara de que la obra existe. Ahora, que gracias a ellos sea un éxito, no! un éxito es que una vez la acabas de hacer hay aplausos, y aquí no entró el PP, el público es muy sincero y ves que queda satisfecho.

Satisfecho…

Sí, es muy importante dejar satisfecho al público, hacerlo viajar, un viaje emocional, hacerlo disfrutar y que todo tome sentido al final de la obra. Es importante, la satisfacción del público de poder decir, «he ido al teatro, he salido de casa, he pagado una entrada y me han explicado una buena historia, entiendo que quieren decirme al final y además lo han hecho con gracia, y se lo han trabajado en el escenario … Bravo!»

Eres una persona comprometida con el proceso independentista, ¿cómo lo ves en este momento?

Siento que nos costará más de lo que nos pensábamos, que estamos despertando un poco de la vía fácil, que nos pensábamos que sería más fácil, porque como sociedad yo pienso que estamos madurando también, que todo esto forma parte de un proceso muy largo. Los cambios reales y profundos en la sociedad, son muy difíciles, no pasan de un día para el otro. Y pienso que ya estamos trabajando.

Cuestión de tiempo…

Cuestión de tiempo y de voluntades. Y de voluntad del pueblo de Cataluña, si se quiere salir o no. Todos estamos aprendiendo mucho de todo lo que está pasando, y puedo ser optimista o pesimista, pero esto ya es una cosa que cada cual decide. Yo no soy ni optimista ni pesimista, yo no sé qué pasará, no lo sabe nadie. Es muy complicado para todos, para España también. Todo es muy complicado.

«Ser actor no creo que sea una profesión que tu decidas, si no que te decide ella a tí»

Estudiaste en el Instituto del Teatro, ¿cómo llegaste a este mundo?

Ser actor me vino. Yo no creo que sea una profesión que tu decidas, si no que te decide ella a tí. Un día te encuentras que actuando eres feliz y que haces felices a los otros, y dices… «guau, esto es muy chulo». Yo digo que es más una patología que una vocación, porque no tienes alternativa, te encuentras, te encuentras en la clase, te encuentras haciendo el payaso, haciendo de actor y con los años dices, hay una profesión que se dedica a esto. Vas al teatro, te gusta, ves películas y dices «sí, esto es lo que quiero hacer».

¿La primera vez que subiste a un escenario profesionalmente?

Sí, fue en «Sueño de una noche de verano» con Calixto Bieito. Yo hacía de «grano de mostaza», uno de los fados del bosque mágico, un pequeñó personaje que tenia un pequeño monólogo, hace muchos años, en el 1992.

Hace mucho tiempo que no te vemos en el cine…

ue es difícil cuando estás metido en otras cosas, es como todo, si te dedicas y vas a hacer muchos castings… Es complicado hacer películas, yo he estado muy abocado con otras cosas últimamente.

«necesitamos estar ligados a nuestros barrios, a nuestros comercios»

Un buen tandem, tu trabajo con Hèctor Claramunt.

Si, desde que acabé la serie El Crac, en TV3, que con Hèctor Claramunt hemos escrito ya tres obras, Escape Room, el Padre de la Novia, y ahora El Gran Comediante, Han sido años muy intensos. Desde que nos conocimos hace unos nueve años que no hemos parado. Ha sido una amistad ahora ya muy sólida, y un tandem de trabajo que nos da muy buenos resultados, estamos muy contentos. Y nos lo pasamos muy bien, que es el paso previo para que se lo pasen bien los otros.

Y dejar el ego…

Es la clave, abandonar el ego y ser muy respetuoso con la idea del otro. Y admiración mutua, es todo un ejercicio, no es una cosa fácil. Piensa que escribir, producir, son trabajos muy solitarios y si los puedes compartir con alguien y sobre todo, este alguien te mejora día a día, bienvenido sea. Las cosas compartidas es cuando tienen sentido, si lo haces todo para quedarte solo, en una habitación o en un palacio de lujo, pero tú solo…

Para acabar, ¿que piensas de una revista de proximidad como la Acelobert, que gracias al apoyo del comercio de barrio lleva ya catorce años saliendo a la calle cada mes?

Me parece una epopeya y que, haciendo piña y juntando esfuerzos, se pueden hacer cosas en esta era digital que todo es red. Una revista que se puede tocar, que puedes llevártela de los locales. Me parece una proeza ahora mismo, os felicito, es muy grande lo que hacéis. Y que dure, porque necesitamos el papel, cosas que se puedan tocar, necesitamos estar ligados a nuestros barrios, a nuestros comercios y que no todo sea con estas super empresas que te lo llevan a casa y ya no tienes trato con nadie. Necesitamos compartir la vida, con el tendero, con las personas. Y hacer barrio, es que es básico, no podemos vivir cada cual en nuestra burbujita, apartados de los otros, como si estuviéramos en planetas diferentes, sin conocer a los vecinos… Estamos en un momento donde es más importante que nunca, compartir cosas, como por ejemplo esta revista.

Muchas gracias y mucha suerte!

Antonia Utrera