Hombres Igualitarios: «La noche que me cambió la vida»
Por: Juanjo Compairé.-
Lo teníamos todo preparado: el neceser, la ropita, todo planchado y plegado con mucho cuidado en una bolsa a la salida de casa, por si fuera necesario salir corriendo. Ella ya había salido de cuentas y llevaba días durmiendo inquieta. Aquella noche habíamos salido a mirar libros en la Feria del Libro en catalán. Todo indicaba que esa noche sería como las anteriores.
Pero de repente todo se precipitó. Carreras, llegar a urgencias a toda prisa. La preparan con la epidural cuando aún no había llegado el obstetra, porque el parto iba rápido. Eran las tres y media de la madrugada y el duermevela y aquella potente luz del quirófano, un blanco que lo penetraba todo, le daba a todo un aire de ensueño, de irreal.
Pero no. De pie detrás de la madre, haciendo ver que empujo o que la ayudo a empujar, siento los gritos, los gemidos. Y en un santiamén, me encuentro con una especie de conejito de color azul – así me lo pareció- que me ponían en los brazos, todavía húmedo y lloroso. Era mi hija y me parecía que me resbalaría, que se me caería al suelo y me pasaría como en la canción de Victor Manuel (“Sólo pienso en tí”). En ese momento me surgían un montón de emociones contrapuestas: responsabilidad, amor, miedo, felicidad…
Viendo a la criatura, pequeña y acurrucada en el pecho de su madre, me quedaba una sensación muy intensa. Había asistido a un acto prodigioso de vida. Viéndolas ambas, hija y madre, madre e hija, era consciente de que entre ellas había un vínculo muy fuerte. A su lado me sentía pequeño y veía que mi papel en adelante sería dejar de intentar ser protagonista y reconocer la fuerza de ese vínculo. Algunos le llaman “terciaridad” a esa posición. No sé si la expresión es acertada, pero esta triangulación con la madre y la criatura puede ser transformadora si es igualitaria.
En todo caso, en aquellos momentos, veía claramente cómo a menudo los hombres hemos querido sentirnos centro del mundo. Si estuviéramos presentes realmente acompañando el embarazo y el parto, no iríamos de chuletas. Nuestro papel como padres es cuidar la vida, no querer acapararla. Por eso quiero recordar para siempre esa noche que me cambió la vida.
Juanjo Compairé
Homes Igualitaris (AHIGE Catalunya)
https://www.homesigualitaris.cat/