Carlos Latre: “El humor es una de las disciplinas más grandes que hay, tiene la capacidad de hacer felices a los demás»

Por: Maria Jesús Mirón

Carlos Latre (Castelló de la Plana, 1979) es humorista, showman, actor, presentador e imitador. Conocido como el hombre de las mil caras, actualmente representa One Man Show en el Teatro Coliseum. Un espectáculo que ya han visto 150.000 personas en 17 ciudades españolas, y que estará en Barcelona hasta el próximo 5 de febrero. Son 90 minutos de personajes, imitaciones, sketches, canciones, parodias y, como no podría ser de otro modo, mucho humor.

¿Qué nos puedes decir de One Man Show?

Es el show más maduro, más guapo, más divertido y más Latre de todos los que he hecho. La finalidad es hacer reir, que la gente venga al teatro, se lo pase bien, se olvide de los problemas y disfrute. Buscamos una comunión con el público y con el espectáculo, con la actualidad, con los personajes y con la música. Está siendo muy fantástico, muy divertido.

Haces un repaso a la actualidad del país. Hablas de política, sociedad, cultura, deporte…

La actualidad me gusta mucho porque cada día vas cambiando cosas. Cuando fue el Mundial, con el “Qué mirás, bobo” de Messi, o ayer mismo estaba Xavier Trias aquí, y hacía de él en el escenario. Hemos tocado todos los temas. Desde Luis Enrique streamer, pasando por el pesebre virtual del Ayuntamiento y Ada Colau, la vuelta de la Liga, el Rey Emérito cuando fue a Sanxenxo, y ahora el Froilán con las peleas. Intentamos estar al hilo de la actualidad.

Es un espectáculo creado durante la pandemia y estrenado justo después del confinamiento. En aquel momento había muchas restricciones al teatro.

“Los cómicos somos siempre absolutamente olvidados, pero tenemos el agradecimiento del público y los teatros llenos. Es una maravilla, nuestro premio es el público”

Hemos vivido toda la evolución de ver las salas al 30%, 50%, 75% y 100%. Yo fui de los primeros que salí después del confinamiento. Ya lo preparamos incluso confinados porque pensaba: “Cuando salgamos de aquí la gente necesitará reír después de tantos meses en casa”. Y así fue. Fue una locura desde el comienzo, la gente necesitaba venir al teatro y reír, disfrutarlo. Lo que pasa es que Cataluña fue muy restrictiva, y fue de los lugares donde costó más. Yo recuerdo funciones con la policía a la puerta casi pidiendo DNI y casi echándonos del teatro. En aquel momento había mascarillas, distancia, geles hidroalcohólicos… parece que se nos ha olvidado, pero ha sido un shock brutal en el que el humor fue muy esencial.

Ahora este show es una versión renovada del que se hizo en aquel momento. ¿Qué diferencias hay?

Muchísimas. El tema COVID ya es muy puntual. Es un espectáculo mucho más vivo y mucho más actual. Hay temas que no se mantienen, como el fútbol, el Rey Emérito, que gusta tanto, o Julio Iglesias, que es un top, pero hay muchas novedades, como Florentino Pérez, cantante Quevedo y Bizarrap o el presidente del Gobierno haciendo el SlowMo de Chanel.

¿Qué significa el humor para tú?

El humor, para mí, es una de las disciplinas más grandes que hay porque tiene la capacidad de hacer felices a los demás. El humor es lo que hace que te olvides de los problemas, que rías, que te relajes, que el diafragma esté estupendamente, que te sientas bien, que generes endorfinas, adrenalina y todo lo positivo. Creo que el humor es el mejor filtro que puede haber en la vida. Y por eso, al final del show, siempre digo una frase, que es que “pase lo que pase, no dejemos de reir”. Es importantísimo.

¿Con qué imitación de todas las que haces te sientes más a gusto?

Hay históricos que no fallan nunca, como son Boris Izaguirre, Carlos Arguiñano, el Rey Emérito, la Duquesa de Alba, que hay un momento que hacemos en el cielo un homenaje al Gila, a Pepe Rubianes, y es un momento muy divertido y muy entrañable. Y también me gusta hacer otras voces como Antonio Orozco o Pablo López, que es muy sorprendente. Y también Elton John y Shakira.

¿Cómo te preparas los personajes?

Hay personajes como Fernando Simón, que es instantáneo prácticamente. Cuando lo vimos dijimos: “Esto es un filón”. Y después hay otros personajes como Isabel Díaz Ayuso, que fue complicadísimo, me llevó de cabeza porque tiene una cantilena muy especial, unas caras y un talante, que es al final lo que tienes que estudiar durante mucho de tiempo y hacerlo tuyo. Yo trabajo mucho con la memoria visual, gestual y auditiva, es decir, la propia voz, y hasta que no la tengo muy estudiada, me cuesta.

¿Qué opiniones te trasladan las personas que interpretas?

Muy buenas. Ayer vino el ex alcalde Trias y estaba encantado. Siempre viene a los shows y es fantástico. La Díaz Ayuso me dijo que le había gustado mucho, y el alcalde de Madrid incluso vino conmigo al Hormiguero a hacerlo. Hay miembros de la Casa Real que no solo han venido a alguno de los shows, sino que me consta que les gusta mucho y que tienen incluso sus favoritos. Tengo buena crítica, estoy bastante comprado en este sentido, tengo suerte. No se ha enfadado nunca nadie conmigo, siempre intento ser bastante blanco y familiar, e intento no hacer daño.

Viajamos un poco en el tiempo y vamos a tus inicios en este mundo, porque a pesar de que eres muy joven, ya llevas 26 años.

Xavier Sardà siempre decía de mí que era un caso Hollywood, que fueron un cúmulo de circunstancias que hicieron que llegara dónde he estado. Yo empecé por casualidad en Radio Reus, en los 40 Principales, en Cadena Dial, en La Ser Tarragona. A partir de aquí pasé a Barcelona porque envié una cinta de cassette y me respondieron que tenían una vacante y que en aquel momento podía entrar. Al cabo de no llega un año me envían por primera vez en mi vida a cubrir una rueda de prensa de Sardà, y al acabar me dice: “Dame el teléfono”. Y al cabo de un mes estaba en Crónicas Marcianas, fue papapa boom.

Crónicas Marcianas fue un súper boom.

Era Disneylandia. Cuando llega un chico con 19 años al mejor programa de la televisión, al más visto, con más audiencia, con más polémica, con aquellos personajes… Era genial, fue mi gran universidad. Pasé allá seis años, hice más de 1.000 programas en directo, imagínate.

Ahora también triunfas con «Tu cara me suena» (Antena 3).

Allá es donde veis aCarlos. Tú cara me *suena es otro de los programas que a mí me cambió la vida porque por primera vez la gente vio Carlos Latre, no estaba detrás de una imitación. Y es un programa que lleva once temporadas, que ya es historia de la televisión. Es tan talentoso, tan bien hecho, tan de buen rollo… Es maravilloso, he tenido mucha suerte.

¿Es difícil dedicarse a la comedia durante tantos años?

Profesionalmente, no. Profesionalmente es un regalo, porque la comedia está un poco maltratada a todos los niveles. Hace poco se dieron las Medallas de las Artes, donde hay gente de todo tipo de artes, y nunca hay humoristas, nunca hay gente de comedia. Los cómicos somos siempre absolutamente olvidados, pero tenemos el agradecimiento del público y los teatros llenos. Es una maravilla, nuestro premio es el público. Y no lo digo por mí, lo digo por muchos compañeros que llevan toda la vida haciendo comedia, o grandes comediantes que no están reconocidos, cuando es el público al final lo que recomienda, y lo que va a ver, y más aún en estos tiempos que corren, es una buena comedia. La gente quiere reír y olvidarse de sus problemas, no ir a ver dramas. Cómo dice la Alaska, “no quiero más dramas en mí vida, solo comedias entretenidas”.

Eres una persona muy estimada por el público. ¿Cómo llevas la fama?

Yo lo llevo bien. Ahora lo estaba hablando con una amiga y le decía: “Estoy donde soñaba estar”. Si hace unos años, cuando empecé aquí a los 19, me dicen “irás a un teatro de 1.200 personas, que estará lleno, y que a la puerta pondrá tu nombre con luminoso como si fuera Broadway”… No hay más preguntas, señoría. Es maravilloso, es fantástico. Muchas veces perdemos la noción de dónde estamos y de lo afortunados que somos. Es necesario pararte a pensar donde estamos, yo soy un absoluto afortunado.

“Al 2023 le pido el que digo al final del show, no dejar de reir, que tengamos salud y fuerzas para hacer todo el que tenemos por delante”

¿Y como lo lleva tu familia?

Muy bien. La gente es muy cariñosa conmigo, muy amable, me tienen un aprecio especial. La gente es muy próxima, y es muy guapo. Mi familia lo ha vivido desde cerca y desde dentro. Hay momentos buenos y hay momentos malos, pero al fin y al cabo, haces la balanza y es muy positivo.

¿Hay algo que te gustaría hacer en el mundo laboral y que todavía no hayas hecho?

Me gustaría haber hecho algo más de cine. Me encantaría hacer cine, pero no me ha dado la vida. He tenido la suerte de hacer muchas cosas, he tenido la suerte de trabajar en América, Estados Unidos, pero me gustaría conocer profesionalmente Latinoamérica: Argentina, Chile, todo aquello me encantaría… Y muchas cosas, pero sobre todo cosas que me hagan feliz. Yo tengo 43 años, a punto de 44, y a partir de cierta edad lo que quieres es estar bien, ser feliz, hacer lo que te hace feliz y lo que hace feliz a los otros.

¿Qué le pides al 2023?

Al 2023 le pido lo que digo al final del show, no dejar de reir, que tengamos salud y fuerzas para hacer todo lo que tenemos por delante, porque mi cabeza no para nunca, pero sobre todo que estemos bien. Creo que no somos conscientes del shock mental que nos ha llevado la pandemia, de la cantidad de gente que está mal, del sufrimiento que hay, y creo que lo más importante es estar bien, porque si tú estás bien, todo está bien.

¿Qué opinas de Acelobert y del comercio de proximidad??

Estoy encantado de participar en Acelobert. Yo soy mucho de comercio de proximidad, de mercado, de pequeña tienda donde encuentras el afecto, la experiencia, la piel… son cosas de piel. Yo vivo en un pueblo, y me encanta pasear por las calles, entrar en las pequeñas tiendas y comprar. Creo que es importantísimo, no solo el comercio de proximidad, sino la proximidad, en todos los aspectos.

Muchas gracias también a tí para ser tan próximo con nosotros. Te deseamos muchos éxitos con One Man Show!

María Jesús Mirón