Entrevista a Bruno Oro. Revista Acelobert

Bruno Oro: “El humor es una medicina y una terapia, es tan necesario como el amor”

Por: María Jesús Mirón.-

Bruno Oro Pichot (Barcelona, 4 de junio de 1978), es un actor y cantante de madre catalana y padre napolitano, y nieto de una familia de artistas del Ampurdán, los Pichot. Empezó a estudiar Arte Dramático en el Instituto del Teatro en 1996, y desde entonces no ha parado de trabajar. El salto al gran público lo hizo con sus imitaciones en el “Polonia” de TV3, donde estuvo desde el 2005 al 2016. Desde hace unos meses lo podemos ver en la sala 9 de los cines Bosque de Barcelona, donde interpreta el monólogo “AI, AI, AI”, bajo la dirección de Alejo Levis. Ha tenido un gran éxito desde su estreno, y por este motivo se ha ido prorrogado, pero ahora ya tiene una fecha final, improrrogable: el próximo 23 de marzo.

¿Qué le decimos a quién todavía no haya ido a ver “AI, AI, AI”?
Que si viene encontrará mucha comedia y una parodia del mundo en el que vivimos, a través también de una hipótesis, que es qué pasaría si hubiera un Bruno Oro clonado por la inteligencia artificial, que pasaría si, en este mundo donde se nos está abocando al colmo de la tecnología, hubiera un cómico, un clon, que aprendiera todas mis virtudes y me superara.

¿Y como es este Bruno Oro creado por la inteligencia artificial?
Es un Bruno que no sabe mucho cuando empieza, que no tiene dotes de cómico, pero que, despacio, va entendiendo de qué ríe el público y qué le hace gracia. También, como tiene acceso a Internet y a todos mis videos y a todo mi lenguaje, va aprendiendo a copiarme y, al final, acaba teniendo virtudes sobrehumanas.

¿Qué opinión tienes de la inteligencia artificial?
Ni me asusta ni me entusiasma. Es decir, yo creo que tenemos que ser cautos, como cuando nació Internet, que mucha gente se puso las manos en la cabeza. Tenemos que saber aprovechar la parte positiva y también poner ciertos límites, sobre todo en según qué ámbitos.

¿En tu día a día haces uso de este tipo de herramientas?
Yo he empezado a hacer uso de la IA con el show, con el ChatGPT, que lo usamos en directo. Es muy divertido, porque la gente puede comparar una canción que escribo yo con una canción que escribe el ChatGPT, y cada día es diferente. Ha sido mi primera experiencia con la IA.

Entrevista a Bruno Oro. Revista Acelobert Barcelona

¿Y qué valoración haces?
Todavía es irregular. En el mundo del arte, y sobre todo el de la comedia, la IA está muy verde, todavía es muy pueril, es muy inocente, y yo creo que todavía estamos lejos de tener una IA realmente potente en términos de comicidad. En otros campos, como la música o como el arte, está mucho más evolucionada.

Viajamos en el tiempo y hablemos de tus inicios en el mundo del espectáculo.
Me formé en el Instituto del Teatro, donde entré en 1996. Entonces, no había tantas opciones como ahora, que hay muchas academias de interpretación. Empecé haciendo teatro, conocí la Clara Segura enseguida, empezamos a crear nuestras obras y desarrollé una manera de hacer muy autodidacta. Aprendí a escribir mis propios espectáculos, y entonces, cuando ya entré en Polonia, me dio mucho reconocimiento y mucho nombre. Desde entonces no he parado.

Vienes de una familia de artistas.
Los Pichot eran pintores, músicos, escritores… me crié en un mundo muy bohemio, en el cual el arte estaba muy presente. Cuando dije a la familia que quería ser actor nadie me dijo por qué o no lo hagas. En mi casa enseguida me apoyaron, me ayudaron y me dieron armas para hacerlo, porque vieron que yo era un payaso en potencia, que tenía dotes y que podía llegar a ganarme la vida así.

El 2000 te uniste al equipo de Minoría Absoluta, a RAC1.
Allá aprendí mucho. Fue una buena escuela para preparar los personajes para el Polonia. Y conocer Toni Soler y su equipo fue fantástico, porque reíamos mucho, nos lo pasábamos muy bien, y eran muy generosos conmigo. Yo era como un niño mimado, que iba allá a aprender y a reir. Y hacer radio es fantástico. Yo siempre digo que de grande quiero hacer radio, porque es un medio que te da mucha libertad, mucha espontaneidad. Puedes improvisar, nadie te dice nada, no tienes que repetir, y la voz es muy sugerente. Y ahora existen los podcasts, que están tan de moda. Yo creo que la radio no se perderá nunca, como el teatro.

Y de allá hiciste el salto a programas de imitaciones en la tele.
Sí, en el Polonia y el Crackovia, y allá también, paralelamente, hice Vinagre, que es una serie de la cual estoy muy orgulloso, con la Clara Segura. En su momento, en TV3, no tuvo mucho éxito, pero después por YouTube tuvo mucho. La gente joven se la hizo suya y todavía ahora hay chicos y chicas de 15 o 16 años que no habían ni nacido cuando la hicimos y que la miran por YouTube. Ahora está en la plataforma “3Cat” y me hace mucha ilusión. Algunos de los personajes salen en “AI, AI, AI”, y la gente los reconoce y los celebra mucho.

Has hecho muchas imitaciones a lo largo de tu carrera. ¿Hay alguien que todavía no conozcas y te haga especial ilusión?
No las he contado nunca, pero llevo muchas decenas. Me gustaría conocer, por ejemplo, Joaquín Sabina, o  el Bad Bunny, para ver cómo es. Me gustaría conocer músicos en general, porque la música me apasiona y seguro que me entendería con algún músico, como la Rosalía.

La música, otra de tus pasiones.
Sí, la música me encanta, aquí en el show lo utilizo mucho, toco el piano en directo y canto. Es un arte que se complementa mucho con lo que hago y que siempre que puedo lo utilizo en directo. Y creo que la música se complementa muy bien con el humor. Tiene un elemento humorístico que funciona muy bien en directo. Yo siempre he vivido una relación de amor-odio con la música, nunca me he ganado la vida como músico porque he tenido mucho éxito como actor y la música no me ha funcionado, pero a la vez me gusta tanto que no dejaré nunca de hacer música. Y la prueba es que en este show, siempre que puedo, meto música. Pero es verdad que ganarte la vida como músico hoy en día es muy difícil incluso para los músicos más buenos.

También has hecho cine.
Además de radio y televisión, también he hecho cine, pero ahora cada vez estoy más metido en mis shows y también me da mucha libertad poder escribir lo que quiero, lo que quiero expresar y de lo que me quiero reír. Me encantaría hacer cine y tele, pero ahora mismo este show requiere mucha energía, y bien es verdad que está bien que la ponga aquí, porque estoy una hora y veinte sin cesar, el sábado hago dos funciones… necesito energía para estar aquí. Me gustaría llevarlo de gira por Madrid, por Cataluña, por España. No me gusta hacer grandes planes, cuando vayan surgiendo.

¿Qué es para ti el humor?
El humor es una medicina, es una terapia. Es tan necesario como el amor. Yo digo que hay dos cosas, humor y amor, porque la gente necesita reír. La vida es muy dura sin risas. Yo noto que cuando entra la gente al teatro hace una cara y cuando sale hace otra. Y esto es muy bonito, es muy gratificante. Es una pequeña terapia que hacemos todos, el público y yo también, porque cuando acabo la función soy más feliz de haber hecho reír.

Te entrevistamos para Acelobert en el 2015. ¿En que has cambiado desde entonces?
Sé más lo que quiero, soy más paciente. Soy igual de ambicioso, pero tengo más paciencia y más perspectiva. Lo bueno de los años es que te dan una serenidad que la juventud no siempre te la da. Yo siempre digo que no volvería atrás porque ahora, con 45 años, estoy muy tranquilo. Sé lo que me gusta, sé lo que quiero hacer. Y tengo proyectos, pero los tengo con cariño, sin prisas ni urgencia. Me hacen ilusión y basta. Y yo creo que soy mejor persona. Va, venga, me atrevo a decirlo.

Y cuando no trabajas ¿qué te gusta hacer?
Me gusta mucho viajar, me gusta mucho ir al mar, leer, me gusta tocar, y me gusta mucho escribir. Ya he publicado tres libros y espero publicar algun otro pronto.

Te gusta viajar. De hecho, eres medio italiano.
Voy mucho a Italia, tengo amigos y tengo familia. Italia es una pasada de país, no te lo acabas. E ir a Roma de vez en cuando y pasear por allá es una maravilla.

Acelobert es una revista de proximidad en Barcelona que llega a los lectores a través de las tiendas y servicios de barrio. Qué opinión tienes del comercio de proximidad?
Yo raramente compro en grandes almacenes, porque me gusta la tienda y el contacto, me gusta tocar la ropa o el producto que compro. Soy mucho de tiendas. Siempre digo que soy como un viejito porque si me tengo que comprar una camisa necesito probármela, y si me tengo que comprar una mandarina, también, tocarla, verla y saber de donde viene, de qué huerto. En este sentido he conectado muchísimo con la protesta de los campesinos porque tenemos que hacer un esfuerzo para comprar productos de kilómetro cero. Y en todos los sentidos, también con la artesanía, con todo. Tenemos que ir a la tienda pequeña. El mundo en el que vivimos no va hacia esta dirección, pero yo soy optimista porque creo que habrá un retorno, y que ya está habiendo un retorno. Hay una conciencia hacia este comercio de proximidad.
Ha sido un placer pasar un rato contigo. Mucha suerte!

María Jesús Mirón