Biel Duran. Entrevista Acelobert Barcelona Octubre 2023

Biel Duran: “ Si no hubiera sido «casteller», no sería actor”

Por: Antonia Utrera.-

Biel Duran i Pascual (Gelida, Alt Penedès, 4 de mayo del 1984) es un popular actor de cine, series de televisión y teatro. Fue «enxaneta»(*) de la colla castellera de «Minyons de Terrassa» y esto le permitió con ocho años debutar en la película de temática castellera «La teta y la luna» (1994), de Bigas Luna. Dos años después fue escogido para hacer el papel de Toni Castro en la serie de TV3 “Nisssaga de Poder”. Estuvo nominado en 2002 al Goya al mejor actor revelación por “Más pena que gloria” y galardonado con el premio de mejor interpretación masculina en el Festival de Cine de Málaga. Estudió Filosofía y también Educación Social. En la actualidad lo podemos ver en la serie de televisión “Como si fuera ayer” con el personaje de Quique. Y en el teatro Poliorama, en “The Party“ de Sally Potter, hasta el 3 de diciembre.

Nos acercamos hasta el teatro para entrevistar al actor Biel Duran. Tengo mucha curiosidad, una persona que ha sido muy famosa desde muy pequeño, y que ha crecido entre foco y escenarios. Después de un cambio radical en su vida, se alejó totalmente del mundo del teatro y la televisión, para volver a  los escenarios tres años después. ¿Cómo fue su experiencia durante estos años que trabajó como educador social con infancia y adolescencia en riesgo? El resultado de este proceso que es su vida: una persona con mucha fortaleza interna, un hombre sencillo y honesto, un hombre sabio. Lejos de perder el timón, lo hizo suyo.

Estáis hasta el 3 de diciembre al Poliorama.
Sí, y después lo que haremos es una gira a partir de febrero, una gira cojonuda por Cataluña.

Hablemos de esta obra tan divertida dirigida por Sergi Belbel, “The party”, que acabáis de estrenar.
Pues mira, tenía muchas ganas de trabajar con Sergi porque él es uno de los grandes directores del país y hace muchos años que lo seguimos y vemos todo lo que hace. Y son obras que han sido referencia y que nos han inspirado a muchos. Y de repente cuando te toca trabajar con él dices hostia, que bien, qué suerte!. Y además, en una obra así! Yo no había hecho nunca una comedia de estas características. Primero porque es la adaptación de una película, que esto lo hace un poco diferente. Y después porque tiene un tono muy especial que va desde el vodevil político al drama cómico. Me lo he tomado un poco como ir a la escuela, esta obra, como un lugar donde aprender a hacer cosas diferentes, un estilo diferente de hacer teatro.

La actitud de estar siempre aprendiendo…
Yo lo intento, la verdad, porque sí, sí, hostias, que hay tanto por hacer y tanto por aprender y que en el fondo yo hago teatro recientemente. No ha sido mi medio habitual. Yo vengo de la televisión y del cine más bien. Para mí, hacer teatro ha sido algo bastante reciente. Aunque en los últimos años estoy haciendo mucho.

Es una comedia.
Una comedia, con toques muy ácidos, con toques agrios, con toques oscuros. Una comedia hecha desde la tragedia, desde la oscuridad, desde la tristeza. Los personajes están desesperados. Absolutamente desesperados.

Sobre todo el tuyo…
El mío está desesperado, pobre. Sí, pero están en un pozo todos estos personajes. Son pura fachada, pero están hechos una mierda por dentro y hacen ver que son estupendos y espléndidos. Pero rascas un poquito y son una caja vacía. Gente que lo ha basado todo en la apariencia y que tienen unas contradicciones enormes. Las contradicciones que tiene toda la gente que está forrada de dinero, pero cuando se ponen enfermos se van a la privada. Y no paran de decir que la sanidad pública es…

maravillosa…
Esta contradicción como otras muchas que tienen. Es un retrato de estas contradicciones de la burguesía europea pijo progre que van de modernos, pero en el fondo son tan conservadores como han sido siempre. Parece que te quieran dar lecciones de moral con su ejemplo y en realidad no saben gestionar la vida tan moderna que quieren aparentar tener. La obra picotea bastante. Es verdad que no se centra en un tema y va a matar, sino que es como un tipo de picoteo de temas. Se habla de la inseminación artificial, la ciencia y la maternidad, las relaciones entre las personas del mismo sexo y las nuevas familias.

Entrevista a Biel Duran. Acelobert Octubre 2023

De todas las obras que has hecho, ¿alguna que te haya marcado?
Es muy difícil de responder. Yo estoy muy agradecido a “Ovejas” porque “Ovejas” dentro de mi carrera, fue una manera de re-entrar al teatro, de aterrizar en la comedia, de descubrir un género y un código que yo no había hecho, y quizás te diría que “Ovejas”, porque lo he hecho con mi familia, con gente con quien después hemos montado una productora y hemos seguido trabajando. Para mí es un antes y un después, “Ovejas”.

Después de este parón ¿que hiciste?
Paré tres años. Y “Ovejas” fue justo el inicio después de parón. Para mí “Ovejas” fue volver a empezar.

Fue un momento de reflexión…
Sí, esto lo he explicado algunas veces. Murió mi hermana en un momento determinado… Ella era muy joven y para mí era un referente, una persona muy importante, y por tanto, yo perdí alguien puntal. No tenía valor de subir a los escenarios, ni le encontraba demasiado sentido, en realidad. Fue como una pérdida de sentido. Ya no de la vida, porque si no… No entré en una depresión, pero sí que en este oficio necesitaba una energía que yo no tenía. Y entonces paré tres años y como había estudiado Educación Social en la universidad, aquello que los padres te dicen “estudia algo por lo que pueda ser”, e hice Educación Social.  Me fue bien porque no tenía ganas de exponerme, no tenía ganas de hacer teatro ni tele ni cine ni nada…

Y empezaste a hacer trabajo social…
Sí, me dediqué a trabajar con infancia y adolescencia en riesgo, con niños tutelados por la Generalitat o con recursos de infancia y adolescencia de servicios sociales. Estuve trabajando en Cáritas. Y fue un periodo muy interesante, un oficio que me encanta y que es dificilísimo, y que no se valora mucho. Yo estuve recibiendo ofertas de trabajo durante aquel periodo, muy interesantes algunas, y no lo quería, no lo quería. Yo quería seguir allá, quería acabar de aprender el oficio, estaba tranquilo.

¿Pensaste que no volverías a trabajar como actor?
Hubo un momento que pensé, mira, es igual, no…

Final de etapa…
Yo quería colgar las botas, no? De alguna manera…

Claro, es que empezaste muy joven, ¡con ocho años!
Sí, exacto, seguro, seguro que era esto, porque cuando tú empiezas de tan tan joven, al final es una inercia lo que estás haciendo, porque tú no has decidido muy conscientemente dedicarte a esto. Normalmente las personas nos dedicamos a algo desde cierta conciencia que nunca es total, porque siempre hay una inconsciencia, no? Y no sabemos demasiado bien por qué decidimos hacer lo que decidimos hacer y la vida nos va llevando. Pero yo sí que tenía la sensación de que me había tocado hacer un oficio.

Te había tocado, no era una cosa escogida…
No. Yo había empezado a hacer cine con Bigas Luna con 8 años porque un día apareció aquel señor en un ensayo de «castellers» y me dijo “escucha, a ti me gustaría verte para una película”. Y dices “bueno”. Pero yo esto no lo elegí, esto pasó por delante.

Y tus padres ¿qué dijeron?
Mis padres me dijeron frena, eh? Haz esta película si quieres, pero para. Ya lo estudiarás, cuando seas más grande ya harás lo que tengas que hacer, pero ahora no hace falta que te pongas a hacer de actor. Ellos querían que no me despistara de lo que era importante realmente, que era que estudiara. En realidad querían preservar mi infancia y mi adolescencia y no hacerme trabajar. Les sabía muy mal a mis padres, se sentían culpables. Y era yo el que los arrastraba y les decía “que esto lo quiero hacer”. Y ellos: “bueno”.

¿Cómo fue tu experiencia con “La teta y la luna”?
Me lo tomé como un juego total y absoluto porque era una cosa que yo no sabía lo que estaba haciendo. Me ponía a hacer una película, pero tampoco sabía muy bien qué era hacer una película ni en que consistía este oficio. Por lo tanto, para mí era como un juego que duraba unos meses.

¿Fue una buena experiencia para ti?
Claro, yo me enamoré perdidamente del Bigas Luna. Descubrí a un señor que era adorable, inteligentísimo, brillantísimo, que tenía un universo personal de historias, de dibujos, de poemas, de guiones y de… Era un señor interesantísimo. Y me fascinó él, me fascinó el cine, la gente que hacía el cine y todo lo que estaba vinculado al cine, los festivales, los estrenos, aprender los textos, los rodajes, los profesionales que forman parte del cine, yo flipaba… Era un niño de pueblo además, no era un niño de ciudad, sino de pueblo. Para mí, salir del pueblo y encontrarme todo esto era cómo “uala!”.

¿Y lo compaginabas con los estudios?
Sí ponían profesores particulares y en cada proyecto que tenía, lo intentábamos siempre, tenía un profesor o una profesora que me acompañaba y estudiábamos todo lo que no podía hacer en la escuela.

¿Es una tradición familiar lo de ser «castellers»?
Mis padres estaban muy vinculados, de hecho eran miembros fundadores de una colla en mi pueblo, en Gelida, de una colla pequeñita fundada en los años 80 y toda la familia íbamos. Entonces en un momento determinado decidimos ir a «Minyons de Terrassa», que era una colla mucho más grande, mucho más ambiciosa, queríamos hacer castillos grandes. Y un poco nos fuimos a «Minyons» porque veíamos que teníamos potencial para hacer castillos grandes. Yo era un niño que me gustaba subir, me lo pasaba bien, que era valiendo y decidido, y entonces tenía como unas condiciones para poder hacer castillos con una pandilla grande. Y nos fuimos a los Muchachos, que en aquel momento era la pandilla, en estos momentos y ahora, una de las pandillas principales y punteras del mundo castellero.
Eras «enxaneta» desde muy pequeño…
Bueno, mira, yo en Gelida empecé con cinco o seis años de «aixecador». De «aixecador» son más pequeños. Entonces a partir de los ocho años, nueve, hice de enxaneta. Las enxanetas tienen que tener las piernas algo más largas que los «aixecadors». Entonces tienes que esperarte un poco para hacer de enxaneta. Normalmente el pequeño pequeño pequeño es el que va bajo el enxaneta, que es el aixecador. Pero sí, esto, con 6 años ya hacía de aixecador. Y sí, sí, una cosa familiar que me ha venido también de tradición familiar.

¿Y todavía continuas?
No, es imposible. Los castillos son ultra, ultra comprometidos. O sea, si haces castillos, pocas cosas más puedes hacer. Vas tres días a la semana a ensayar. El fin de semana quizás tienes dos bolos, un sábado y un domingo. En el fondo, casi son cinco días a la semana los días de época fuerte. Y los ensayos son horas. Y es exigente, eh? Si estás en una pandilla grande, no es ir a pasar de rato.

La colla castellera “Minyons de Terrassa” de las más importantes...
Sí, los «Minyons» rompieron muchos techos. Eran los primeros en hacer los castillos más difíciles. Los primeros castillos de gama extra los hicieron ellos, los primeros castillos de diez los hicieron ellos. O sea, durante los últimos años han sido un poco los que han abierto las puertas. Han roto muchos techos del mundo casteller.

Podemos decir que ser «casteller» te cambió la vida.
Si no hubiera sido «casteller», no sería actor.

Porque Bigas Luna buscaba una «enxaneta» para su película…
Sí, y es una buena idea, eh, en el fondo, porque ahora lo piensas y en el mundo «casteller», los niños castelleros son muy abiertos y muy expansivos y muy parlanchines. Están rodeados de gente adulta todo el día y se relacionan de una manera muy transversal con los adultos. Y en la colla castellera hay mucha gente. Entonces, los niños castelleros son muy protagonistas. De diferentes edades y de procedencias diferentes, clases sociales diferentes. Son niños que se acostumbran a relacionarse de repente, desde pequeños. Y es habitual encontrarte muchos «enxanetas» y «aixecadors» que charlan por los descosidos, que tienen una chispa especial.

¿Siempre continuaste estudiando?
Sí, siempre he trabajado y he estudiado. Siempre me ha gustado estudiar. Estudié Filosofía, me gustaba mucho. Empecé a estudiar Humanidades en la UAB. Había una asignatura que se llamaba Filosofía y me dije: “hostia, esto me encanta”. No acabé Humanidades. Me fui a la UA a hacer Filosofía. Me flipaba mucho, iba a clase como “hobby máximo” durante todos los años de carrera. Es que perdía el culo por ir a clase. Era muy muy guai. Ahora hace muchos años que no voy a la universidad, pero lo encuentro mucho a faltar.

“La ficción sirve para alimentar un poco lo “corazoncito” y para intentar entendernos un poco los unos a los otros”

El trabajo de actor también ayuda a ponerse en el lugar del otro…
Tal cual. Yo había hecho teatro social con niños que estaban tutelados en unos centros de la DGAIA. Y con ellos se les hacía talleres de teatro y, hostia, iba tan bien Era una manera de trabajar la empatía. Niños que less costaba mucho, de repente, ser empáticos, porque tienen unas vidas tan difíciles, están muy fijados en sus problemas y les cuesta mucho entender que conviven con niños que también tienen problemas y también sufren. Y nos iba muy bien el teatro precisamente para que ellos pudieran ponerse en el lugar del otro.

Claro, para abrir la mente y salirse de uno mismo.
Es como la gente que lee, la gente que le gusta la literatura. Una de las cosas bonitas de la literatura es que te metes en las vidas de las otras personas y esto creo que hace que la gente que lee pueda ser algo más empática que la gente que pasa absolutamente de entrar en historias de ficción. La ficción sirve para alimentar un poco el “corazoncito” y para intentar entendernos un poco los unos a los otros.

Te gustaría dirigir.
Me gustaría mucho, pero me lo tomaré con calma y cuando tenga un texto que me guste mucho lo haré. Cada vez tengo más ganas. Tarde o temprano lo haré.

También te gusta mucho la música.
Un poco músico frustrado. Me habría gustado ser músico, pero no me he dedicado. No lo he estudiado. No he tenido la disciplina para hacerlo.

Claro, es que son muchas cosas, ¿no? También te gusta escribir!
Escribir también, pero también es igual que con la música, que encuentro que son cosas muy serias como para meterse a medias. Escribir es dificilísimo.

Y hacer de campesino, ¿que tal? Allá en Gelida, rodeado de viñas…
También lo haría, yo soy un poco campesino, porque mi padre ha sido campesino toda la vida. Yo vengo de una familia de campesinos, de Gelida, de toda la vida, de masía y demás. Me siento muy, muy vinculado a mi pueblo, a mi tierra, a las viñas, es mi paisaje. Tengo manos de campesino, de hecho, tengo manos grandes y gruesas. O sea, yo tendría que estar cortando tomates en el huerto y yendo a regar cada día. Y si pudiera lo haría. De hecho, puedo hacerlo, ¿eh? Pero es de estas cosas que también tengo allá, que algún día lo haré. Tenemos allá unas pocas  viñas
y terreno y algún día tendremos que hacer algo.

“Cuando ves que la negación de tu identidad es visceral, y es irracional y es sistemática, la Independencia es la única salida”

el 1 de octubre, seis años ya del Referéndum de Independencia de Cataluña.
Yo estaba a Madrid, haciendo una serie diaria a televisión española. Vine el 1 de octubre a votar. En Madrid los amigos de allá me daban el pésame, “siento mucho lo que os está pasando…” yo no entendía nada… Te tengo que confesar que nunca creí que el Referéndum fuese… Siempre pensé que era una manera de presionar a un Estado que se negaba a negociar. Yo nunca me creí que hacíamos una declaración unilateral de Independencia. Ojalá lo hubiéramos hecho, pero nunca me lo creí.. También es verdad que el discurso de muchos en aquel momento parecía que fuera para independizarnos inmediatamente.

Y que sería muy sencillo…
También pienso que no teníamos mucha más escapatoria en aquel momento, es que estábamos en un “callejón sin salida”, llevábamos muchos años de humillaciones, de decirnos que no a todo, de echarnos por tierra los Estatutos, de recoger firmas contra nosotros, mientras las otras autonomías estaban aprobando estatutos mucho más ambiciosos que el nuestro a nivel de competencias. Y cuando ves que la negación de tu identidad es visceral, y es irracional y es sistemática, la Independencia es la única salida. Es que te tienes que reafirmar de alguna manera, por qué si no, que es lo otro? bajar la cabeza, pedir perdón por existir, pedir perdón por hablar catalán, pedir perdón para ser catalanes? El encaje de Cataluña dentro de España todavia no se ha encontrado.

Es un momento interesante ahora…
Es un momento delicado, estamos todos agotados, pero tengo muy claro que no nos tenemos que dejar tomar el pelo.

Gracias Biel! Nos vemos de nuevo en el Poliorama para disfrutar de “The Party”, en cartel hasta el 3 de diciembre!

Antonia Utrera.

(*) enxaneta: Niño pequeño que en la exhibición de los «castellers» se ensarta en la cumbre del castillo humano.