Mamen Duch: «Es como un homenaje a nuestras abuelas, mujeres que no las dejaron ser delicadas»
Por: Antonia Utrera.-
Al poco de diplomarse en Interpretación por el Instituto del Teatro de Barcelona (1990), formó T de Teatre y desde entonces ha participado en todos los proyectos de la compañía. La recordamos de muchas series de TV, como Carla en «Jet Lag» (2001-2006), también como Hermínia en «Tierra de Lobos»(2010-2014), y en «Derecho a Soñar»(2019) entre otros. Dió clases de teatro a los niños para pagarse sus estudios y esta experiencia le sirvió después para crear su propia escuela de yoga para niños. Ahora la podemos ver en «Delicadas» al Teatro Goya, en la dirección de Alfredo Sanzol. Pequeño especial recuerdo para su primer director de teatro, nuestro estimado Carlos Lasarte, con el que yo, hace muchos años, tuve la suerte de formarme también.
A pesar de la pandemia, los teatros llenos.
Por suerte, sí!, la gente tiene muchas ganas de pasárselo bien, muchas ganas de que le expliquen historias y por suerte el teatro, la cultura, lo puede hacer y como decimos, es la medicina para la alma! Ves a la gente con mascarilla, todo lleno, aplaudiendo…
Tenemos de nuevo «Delicades» en el teatro…
Si, aquí, en el Teatro Goya, hasta el 8 de agosto. La respuesta está siendo brutal, la gente se lo pasa muy bien. La teníamos que hacer el año pasado para celebrar los diez años de Delicadas, pero por la pandemia no se pudo hacer y ahora nos va muy bien, porque hacemos la doble celebración, también los treinta años de T de Teatre.
¿Dieciocho historias de mujeres poco delicadas?
Son historias cortas, no hay mucho vestuario pero en cambio puedes hacer muchos personajes, historias diferentes de la Guerra y la Posguerra civil. Es como un homenaje a nuestras abuelas, a nuestros padres, mujeres que no las dejaron ser delicadas, más bien ellas llevaban los pantalones, por eso el nombre de Delicadas. Entonces en cada sketch la base de todo son las relaciones humanas, familiares, pero con mucho de humor…
Una generación que justo ahora con la pandemia está sufriendo mucho.
Si, después de estos diez años curiosamente, hemos pasado la pandemia y está claro, Delicadas es un homenaje a toda esta generación. Muchos han desaparecido y muchos han tenido que estar más encerrados que nadie, porque encima eran los más vulnerables…
Fuiste cofundadora de T de Teatro…
La compañía se creó en 1991, justo cuando salíamos de estudiar del Instituto del Teatro, cuatro de nosotros hicimos la tesina juntas y decidimos no esperar que nos llamaran. Y un chico que también había estudiado dirección, Pere Sagristà, llevó la dirección.
¿Qué balance haces de estos treinta años de la compañía?
Muchas veces pienso «¿… treinta ya?!». Yo tengo la sensación de que todavía me quedan muchas cosas por hacer. Por otro lado has ido aprendiendo el oficio y te sientes como más seguro y sabes mejor cómo es tu instrumento y donde tocar las teclas para que suene mejor.
Has hecho mucho teatro, y también series de televisión.
A mí me encantan todos los medios, en la televisión y el cine también me lo paso muy bien, es muy diferente. Pero está claro que el contacto directo con el público es una maravilla…
¿Tu primera obra como profesional?
«Media noche al Starlit» de Michael Hastings y dirigido por Carles Lasarte. Yo estaba haciendo el primer curso en el Instituto del Teatro y me cogió para estrenar el Teatreneu. Lo mejor del mundo es que a mí me encanta bailar y bailé valls, rock&roll, bailes de salón, lo bailábamos todo! Además con unos vestidos espectaculares, yo era muy joven, fue lo primero que hice.
La otra vertiente tuya, el yoga para niños.
Desde que estudiaba que me pagaba mis clases dando clases de teatro y hacía mis estudios de bachillerato. Entonces mis alumnos eran adolescentes y yo pensaba: «¿cómo es posible que de adolescentes ya vengamos con tantos traumas, tan bloqueados?”, pensaba que todo esto se tenía que desbloquear, no puede ser que ya en la adolescencia estemos tan jodidos y después tenemos que ir para atrás y trabajar el cuerpo, las emociones y todo. ¿Por qué no?, cuando nacemos lo tenemos todo, intentemos no perderlo.
Y te formaste para poder dar clases a los niños.
Sí, tengo la suerte que mi hermana pequeña es psicóloga infantil en Nueva York y me dijo que allá se estaba haciendo clase de yoga para niños, esto hará doce años, entonces fui y me encantó. Y me formé como profesora de yoga para niños.
Que interesante…
Me encanta porque hay toda la parte creativa que tiene el teatro, pero no hay toda la parte del ego que tiene el teatro, que si tú tienes una frase más larga que yo, que si tú eres protagonista y yo no, etc. En yoga esto no existe, no se trabaja tan mentalmente, sino con el cuerpo, las posturas corporales parten de los animales, el león, el tigre, la serpiente, o de la naturaleza, la postura del árbol en yoga, son todas posturas naturales innatas. Y abrí un centro de yoga para niños en Barcelona, Yoguikids, junto a la plaza España.
Y escribiste también dos libros.
Si, La Galera me llamó para escribir un libro, La Maga y el Yoga, un cuento dedicado a mis sobrinos y después escribí Relajaciones, que se ha traducido a un montón de idiomas. Esto es una cosa que me flipa, lo tenemos en coreano, en chino, en portugués, inglés, etc. Lo usan en las escuelas.
Entonces en tus clases trabajas el yoga vinculado al teatro.
Para mí lo que es importante es la imaginación y la creatividad, esta es la base. En clase siempre hay una estructura de respiración, calentamiento, juegos, posturas (asanas) y relajación.
Y siempre con niños…
También hemos trabajado padres e hijos. Después cuando los niños se han hecho grandes y vienen solos, han querido seguir. Así que ahora también tengo clase de adultos. Y una de las cosas que más les gusta son estas visualizaciones dentro de la improvisación del teatro, de todo aquello que va surgiendo.
¿Y emocionalmente?
Está claro, es muy importante también reconocer las emociones, soltarlas…
Sobre todo en esta época de pandemia.
Si, pobres, lo han pasado muy mal, muchos problemas de relación, de angustia, de miedo, pero bien, pueden verbalizar perfectamente que tienen miedo a la muerte, que está muy bien hablar de todo esto. Y con la respiración empiezan a desbloquear, a llorar, a sacar…
Qué importante trabajar la respiración.
Mucho, finalmente son herramientas para que ellos mismos tomen conciencia para después poder utilizarlo cuando ya son grandes, o adolescentes. Y muchos me dicen que están nerviosos antes de un examen y hacen las respiraciones que les digo, cosas sencillas, que les ayude a concentrarse.
Se tendría que aplicar en las escuelas.
Si, lo hice, di formación a maestras de una escuela y fue muy bien.
¿Y el yoga en familia?
Si, los sábados hacemos yoga en familia, sobre todo hubo una época que había muchas adopciones en Cataluña y para crear vínculo es fantástico.
Y para despertar la creatividad que todos llevamos adentro.
Si, el tema es que nacemos con todo, pero después la sociedad nos va diciendo que no, que no te expreses así, que no seas tan imaginativo, y tiene que ser al contrario, y además que todos tenemos que ser de una manera, y no, todos somos diferentes, y todos podemos hacer yoga, no hay que ser o tener un cuerpo perfecto. Tienes que ser con lo que tú tienes. Tú eres esto, puedes hacer yoga igual y puedes expresar todo lo que sientes. Intento que los niños se sientan bien con su cuerpo y saquen todo su potencial. Y el típico niño que le dicen, «es que eres un despistado que estás todo el día en las nubes», pues, que bien!, porque eres un creativo, porque tienes la capacidad de ir a las nubes. Solo tienes que saber volver cuando toque, pero aquello no lo pierdas, no pierdas esta capacidad de imaginar.
Para acabar, tú que eres muy de barrio, has vivido toda la vida en Sants-Montjuic, ¿que piensas de una revista de proximidad como la Acelobert?
Me encanta, encuentro que es básico. Además en estos momentos tan complicados, nos hemos dado cuenta que lo importante es conectar con la familia, y de la familia al grupo de vecinos y al barrio. Yo vivo en la Font de la Guatlla, hemos sido de la asociación, hemos reivindicado unas casas por el barrio, etc. Y al lado tenemos un parque donde viene todo el mundo. También tenemos un huerto urbano para el barrio.
¡Muchas gracias y mucha suerte!
Antonia Utrera