Candela Serrat:“Dentro o fuera de las familias, al final son ellas, las mujeres, las que se han tenido que callar más las cosas, para criar unos hijos o llevar una familia”
Por: Antonia Utrera.-
Candela Serrat Tiffón (Barcelona, 14 de noviembre de 1986) es una actriz catalana conocida por el gran público por su participación en la serie de TVE “Seis hermanas”. Es la hija menor del cantante Joan Manuel Serrat y de la modelo de publicidad Candela Tiffón. Se formó en la escuela teatral LAMDA de Londres y en el Laboratorio William Layton de Madrid.
Candela Serrat ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria artística en el teatro trabajando con directores como Mario Gas, Francisco Vidal i Joan Ollé. En 2012 consiguió su primer papel en televisión en la serie de TV3 “La Riera”, interpretando a Alba Comas. Entre 2015 y 2017 protagonizó la serie diaria “Seis hermanas”, donde interpretó a Celia Silva. En 2017 realizó su primer largometraje protagonizando la película “Yerma”, adaptación de la obra homónima de Federico García Lorca, dirigida por Emilio Ruiz Barrachina.
Nos encontramos con ella en el Teatro Romea. Hablamos de “La Isla del Aire”, la obra en cartel hasta el 14 de mayo, dirigida por Mario Gas. Hablamos de secretos y de mentiras. Y de la importancia de una comunicación sincera para poder abrir el corazón, y transformar así estas situaciones. De todo esto hablamos con Candela Serrat que nos recibe con una gran sonrisa llena de simpatía.
Nueva propuesta en el Teatro Romea con “La Isla del Aire”: cinco mujeres, tres generaciones de una misma familia de mujeres.
Sí, la abuela, las dos hijas y las dos nietas.
Y con unos cuántos secretos…
Sí, es una familia donde se ha creado una dinámica desde hace tiempo de secretismo en algunos personajes, por no hablar en voz alta y no hacerlo realidad. En otros, por una cuestión de privacidad. Pero es una familia que su dinámica en general desde siempre ha sido que cada una se lo quede para ella misma.
Secretos y también algunas mentiras…
Al final, cuando hay tantos de secretos, ha de haber mentiras, sino es muy difícil tapar las cosas.
Y la mochila que significa llevar estos secretos que pesan tanto.
Y al final, como esta acumulación insana, dijéramos, de no comunicarse, prácticamente, no es llevable. Al final todo acaba cayendo por su propio peso.
Es liberador, al final se trata de empezar a expresarlo, y que salgan todas estas cosas.
Sí, sacarlo todo afuera. Y sobre todo, creo que el hecho de que cada una saque lo suyo, es una manera de ver como las otras también lo consiguen. Es una comunidad entre todas lo que hace que al final, todas vean una pequeña luz al final del túnel. Juntas.
Y que es posible liberarse…
Sí, sí, como todo, es a base de comunicarse.
Abrirnos a otra manera de relacionarnos.
Más sana.
Es muy de las mujeres, llevar estos secretos de familia…
Normalmente dentro o fuera de las familias, al final son ellas las que se han comido más las cosas, para criar unos hijos o para llevar la familia, o simplemente por no molestar en algunos casos.
La falsa creencia de mejor callar, mejor guardárselo y no decirlo. En el escenario con la gran Nuria Espert, ya habías trabajado con ella…
En “Incendios”.
Y con la Vicky Peña, la Teresa Vallicrosa, la Miranda Gas y tú. Qué buen elenco! ¿Cómo está yendo?
Muy bien. Es familia. Con la Nuria ya había trabajado, con la Vicky, también, con la Miranda, también. Con la única persona con la que no había trabajado es con la Pía, con Teresa, pero al final la vida nos ha juntado. Bien es verdad que ha facilitado mucho el trabajo desde un principio porque se ha creado esta comunidad de cinco mujeres y un poco la confianza en poder lanzarte a la piscina en algo tan personal y tan íntimo.
Tu personaje, Ines, ¿qué te está aportando?
A mí Ines me gusta. En parte por este silencio que ella se ha creado como madre, como hija, como hermana. Inés, de todas ellas, representa el silencio del no quiero molestar. Las otras tienen otros: una tiene el silencio por el dolor, la otra el silencio por no querer enfrentarse con la realidad y no verbalizarlo. Y creo que Inés es la que más tiene este silencio de no querer molestar. Es una persona que no tiene muy bien gestionada su autoestima. Y es esto que solemos decir de, si tú no te estimas a tí mismo, es muy difícil poder estimar también al resto.
Y ella no se estima a sí misma…
No, y no sabe cómo gestionarlo. Entonces ella sigue hacia delante con un camino que se le ha marcado y llega a un punto donde no puede más, pero tampoco sabe cómo pedir ayuda. Y me gusta, en esta función me gusta la mía y me gustan todas, porque son cinco en esta función. En la vida real esperamos que no, pero son dolores bastante cotidianos. No son dolores que tú puedas ver en una función, no es una Fedra, no es una Medea, no son unos dolores épicos, históricos, sobre cosas completamente lejanas. No es “Incendios”. Son dolores cotidianos que todos hemos podido pasar en algún momento. Va desde el dolor más grande, que puede ser perder un hijo a un dolor más pequeño podríamos decir como podría ser un divorcio, quizás, pero son dolores cotidianos y es imposible no relacionarte con ellas y no tener una absoluta empatia y una relación brutal con cada una de ellas.
Entonces es fácil identificarse con cualquier personaje.
Absolutamente. Por lo que están pasando. Por una madre que se hace grande, por una hija que ya no está… hay muchas situaciones dentro de esta familia y yo creo que todos nos podemos sentir identificados porque hay muchos de estos dolores que al final serán inevitables en la vida de todo el mundo, como es que un padre se haga grande. Es que son cosas sencillas. Pero por esta misma razón de la sencillez de la función, también, no puedes hacer un drama épico, no puedes hacer un melodrama brutal porque la gente lo pasa y lo vive cada día, y tenemos que seguir adelante y no pararnos y “*regocijarnos” en nuestra propia tristeza constante. Lo bueno de esta función es que no es solo tu pena, es la de los otros también, la del resto de ellas, que es lo bonito, porque tú no te quedas allá cerrado con tu drama y con tu pena.
Es parte de la vida. Cómo gestionarlo para poder…
Seguir viviendo.
Y acompañarse en lugar de llevarlo en soledad, porque en realidad el mal es llevar este sufrimiento en soledad.
Totalmente. Sí, la moral de la historia yo creo que es esta, que por fin cinco mujeres que son familia, que es que son de la misma sangre y viven juntas, pero no se han entendido nunca, no se han comunicado y de golpe es romper con esta dinámica, para a partir de allá, empezar a sobrevivir juntas.
Y aparece la abuela, la sabia, la abuela que dice “nos vamos a la isla”…
La abuela tiene mucho recorrido porque es la sabia, pero al mismo tiempo también es un poco el punto de partida de toda esta dinámica. Y ya a partir de ella salen sus raíces, que son las hijas y como sus hijas heredan esta dinámica y al mismo tiempo las nietas también lo hacen.
Han reproducido el modelo.
Y ahora ella es la que quiere romper el modelo, pero es difícil cuando lo tienes tan metido en la sangre. Ella está llegando al final de la vida y es cómo…
Quiero cambiar esto, no? Y como lo haces? Entonces la propuesta de ella es “nos vamos juntas a descansar en una isla”
Ellas tienen un punto de comunidad que es una isla que existe en Menorca, que es la isla del Aire.
¿Se llama así?
Sí, sí. La Isla del Aire. Existe, está en el sudeste de la isla. La abuela cree que será el mejor lugar para limpiar. Esta familia es una familia de costa, de sal, de mar, de viento y yo creo que la idea del aire es una representación de esto que hablábamos.
Es como ir a las raíces.
Un poco sí.
Para poder limpiar y transformar.
Y seguir hacia delante.
Tu popularidad vino con la serie “Seis hermanas”.
Sí, sobre todo fue el momento de más visibilidad.
Porque ya llevabas mucho tiempo trabajando.
Sí, pero al final todos tenemos una tele, pero no todos tenemos un teatro, claro. Es el punto de difusión más importante, y estuvimos mucho tiempo.
Con la “La Riera” también…
En “La Riera” no recuerdo ni como me llamaba, mira lo que te digo, porque todo el mundo me llamaba “la novia de Nil”.
Alba.
En “Seis hermanas” ya tenía algo más de identidad. Funcionó muy bien. Fue una serie que estaba muy bien hecha, con mucho cariño y con una compañía muy buena, fue una serie muy querida. Fueron tres años de mi vida y yo pasaba más tiempo en el plató, era diaria, que lo que podía pasar en casa. De allá me llevé todo: me llevé mis amigos, me llevé mi marido, me llevé mucho conocimientos sobre una época. Y gracias a Dios, mi personaje me aportó muchísimo. Era un personaje muy literato y muy estudioso… Todo lo que me pude llevar en aquel momento, me lo llevé.
¿Tus referentes como actores?
Uf! Difícil. Primero, porque es muy difícil entre toda la gente excelente que hay en nuestra profesión, es muy difícil. ¿Y qué escoges? ¿A alguien de fuera? ¿A alguien de aquí? ¿Escoges un hombre? ¿una mujer? . Es muy complicado, puedo tener referentes a los que adoro desde hace muchos años, como puede ser la Núria (Espert) o grandes actrices a las que admiro desde pequeña, pero también tengo referentes que son más pequeñas que yo. Si yo un día veo que hay unas actrices súper válidas, que quizás tienen diez años menos que yo y no por eso las dejo de admirar más. Al final es el trabajo que haga cada cual. Y yo voy cogiendo de aquí y de allá y de donde puedo e intentando… Para mí, más que centrarme en alguien o con algún proyecto o en algo en concreto, para mí esta profesión es tocarlo todo, es mirarlo todo, es poder ser capaz de no centrarte y decir, “no, solo los grandes clásicos”. También me pueden gustar los grandes clásicos de toda la vida, puedo ver una película de terror que han estrenado hace dos semanas en Sitges. O yo que sé.
¿Cuándo decidiste ser actriz?
Tarde, cuando estaba en la universidad. Yo fui a la universidad a estudiar teatro porque me gustaba ir al teatro, me gustaba el escrito… Fui a Londres porque me gustaba el teatro inglés. Soy muy partidaria de que lo que te guste lo vayas a estudiar donde sea. Quiero decir, si me hubiera gustado hacer biología ártica, pues hubiera intentado marchar al Ártico. No lo sé. Me gustaba mucho el teatro clásico inglés y me fui a estudiar teatro clásico inglés donde yo creía que venía. Una vez acabé la universidad pensé: “cómo puedo disfrutar más de esta profesión, de lo que me gusta?”. Hoy en día me siguen gustando muchas cosas. No las hago porque no tengo tiempo ahora mismo, me encantaría…. Hay muchas cosas, desde estudiar script… me flipa el trabajo que hacen los script, o dirección de Consejerias… Me fascina todo lo que tiene que ver con este mundo. Lo que pasa es que yo pensaba que yo soy muy hiper-activa y con la sed de conocimiento que tengo, esta era quizás la vertiente con la que podría tener más libertad sobre este tema.
Te gusta cantar.
Sí, me gustan muchas cosas. Por eso es lo que te digo. Tengo una sed de conocimiento grande y conforme me voy haciendo mayor cada vez la tengo más, lo noto, tengo más necesidad de saber más cosas sobre más cosas que quizás unos años atrás no me interesaban tanto. Y poco a poco, pues esto, van pasando los años como tú me decías antes, y ¿que te interesa de este personaje? Pues lo más interesante de los personajes es que de golpe de aquí a un tiempo, me encuentre con un personaje que sea completamente diferente y poder decir: ¡ala, qué guapo. Y ahora voy a centrarme en esto. Y un día, pues una cantará y será muy guay y nos centraremos en cantar y otro día será un parque temático, y yo que sé.
Tienes mucha curiosidad…
Sí, mucha, yo lo que no sé me encanta saberlo. No tengo ningún día de: “no, es que no sé y ni me interesa”. No, no, tengo una necesidad constante, sobre todo por lo que hablábamos antes, porque me gusta dialogar, me gusta tener información, tener cartas, dialogar, aprender.
Querías crear una familia y ya la tienes.
La tengo.
Querías ser actriz y eres actriz. ¿Algun otro sueño por cumplir?
Mira, con lo que tengo ahora, no sepas lo que me queda todavía. Ahora apenas estoy rascando solo la puntita del iceberg de lo que me gustaría hacer con mi profesión, imagínate! Hay mucho para hacer, mucho para vivir, mucho para tocar. Vamos a centrarnos en esta y en todas las piezas.
Tienes una niña pequeñita de 3 años. ¿Cómo lo llevas?
Sí, lo llevamos como podemos, los dos. Él es muy buen padre, nos dedicamos a lo mismo y entonces los dos, sí, lo hacemos como podemos desde que nació. Vamos trabajando los dos y de momento ningún problema. Nos apañamos muy bien.
Eres hija de una de las persona más querida por miles y miles de personas.
Es un orgullo, imagínate. Si tú estimas a tu padre, y ver que todo el mundo aprecia a tu padre. Es precioso, una sensación fantástica.
¿Quizás en algún momento esto mismo ha sido una limitación o una dificultad?
No, nunca lo he notado. Yo marché de aquí muy jovencita. Empecé a trabajar en un lugar donde no había referencias y al final, la gente lo que quiere ver es si tú eres válido o no eres válido, y esto se nota mucho. A partir de allá es muy difícil… A ver, gente así hay en todas partes, hay de todo en todas partes, pero gracias a Dios no me los he encontrado todavía.
Yo creo que ni te los encontrarás.
No, ahora ya no tendría sentido. ¿Ahora que hacemos? Tarde (risas).
Candela, muchísimos éxitos. ¿Tienes algún proyecto después de esta obra?
Sí, es una cosita pequeña, pero sí, tengo una cosa muy guapa, pequeñita.
¿En teatro o en televisión?
En la televisión, pero pequeñita y muy bien, muy a gusto. De momento lo que tenemos es muchísima gira con “La isla del aire”, tenemos un año fuerte.
Que vaya todo super bien, muchos éxitos y te seguimos, desde Acelobert seguimos tus pasos…
Muchas gracias.
Antonia Utrera