Karime Amaya: «El flamenco es patrimonio, nunca mejor dicho, de la humanidad»
Por: Antonia Utrera
Karime Aguilar Algaba (01/07/1985, México), más conocida como Karime Amaya, es una de las bailaoras más representativas y con más fuerza del flamenco actual. Representa también la continuación de una saga, la de los Amaya. Sobrina nieta de la internacionalmente conocida Carmen Amaya, lleva en su sangre el arte y la música de sus ancestros. Se ha proyectado como solista en los foros y tablaos más importantes del mundo y ha compartido escenario con Tomatito, Los Losada, Farruquito, Gerardo Núñez y cartel con bailaores como María Pagés, Israel y Pastora Galván, Antonio Canales, entre muchos más. En 2013 recibió el premio Artista Revelación en el prestigioso Festival de Jerez de la Frontera. Karime es una enamorada de Barcelona, donde vive desde hace más de quince años. Este mes de agosto presentan en el Teatro Poliorama el preestreno de su último espectáculo “Sangre”. Nos acercamos hasta el teatro para hablar de arte, flamenco y sangre. Y conocerla así un poco más.
Preparando el preestreno de “Sangre” en el Teatro Poliorama de Barcelona, el próximo 16 de agosto.
Sí. Y el estreno que será en septiembre!
Además de bailaora, eres la directora artística de este nuevo espectáculo.
Nos acompañan dos bailaoras catalanas, Rocío Merino y Lorena Domínguez. Y en la dirección musical, mi hermano Tati Amaya. También Carlos Caro al violín, Jacobo Sánchez a la percusión y los cantaores, La Tana y Joaquín “El Duende”.
¿Cómo surgió?
Fue durante el tiempo de pandemia. Todo el mundo colapsó, y nuestro sector, el artístico, fue uno de los más afectados. Yo llevo trabajando sin parar desde hace más de veinte años y de repente se paró todo. Ahí decidimos crear, mi hermano, como músico y yo con la coreografía.
Y el nombre ¿“Sangre”?
Llevaba muchos años sin trabajar con mi hermano Tati, de ahí el nombre de “Sangre”. Me da mucho placer volver a trabajar con él, nadie como él me entiende artísticamente. Y también hemos querido homenajear la figura de mi tía abuela, Carmen Amaya, que es también nuestra sangre. Para no olvidar de dónde venimos, que venimos de esa figura tan grande, y también nosotros dos como hermanos de sangre que somos, ver qué es lo que podemos crear y desarrollar como artistas, individualmente.
Tu nombre, Karime, ¿qué significa?
Karime es de origen árabe y significa “espléndida, generosa”. Mi madrina de bautismo es de padres libaneses y ella y mi madre juntas eligieron mi nombre.
Karime Amaya, “flamenca porque así naciste”.
Vengo de una familia donde todos se han dedicado al flamenco, mi madre cantaora, mi padre guitarrista. Mi abuelo, cantaor, nació en Huelva pero se crió en Triana. Mi abuela, bailaora, todas las hermanas de mi abuela, bailaoras, mi bisabuelo era guitarrista… una tradición de muchísimos años.
No solo por parte de tu madre, también por parte de tu padre…
Si, claro! Mira, mi padre y toda la familia de mi padre son músicos, no todos se han dedicado al flamenco, pero sí se han dedicado todos a la música. Mi padre se decantó por la guitarra flamenca. Yo nací en una casa donde todos eran profesores, enseñaban este arte. Mi casa era una escuela, todo el día escuchando flamenco, baile, cante… Así fue mi crianza.
Pero tú de pequeña querías ser veterinaria.
Yo he tenido siempre un amor, desde niña, a los animales, adoro los animales. Desde niña tenía esa naturalidad para la música y el baile, y desde muy chiquitita ya bailaba. Todo el mundo decía “esta niña va a bailar” y hubo un momento que dije: “no, yo no voy a bailar”, y aunque en el fondo sabía que sí, dije “no, yo no voy a bailar, ¡yo voy a ser veterinaria!”. Era como para llevar la contraria. Era un momento de rebeldía, era como decir “no va a ser lo que tú digas”. Pero es verdad, al final es la profesión quien te elige.
Naces en Distrito Federal, México, y por primera vez viajas a España.
La primera vez que vine, con once o doce años, venía acompañando a mi madre, que estaba haciendo una gira por toda España con Antonio Canales.
Y al final te quedaste a vivir en Barcelona.
Fue por azares del destino y de la vida, nada planeado. Venia para trabajar un mes nada más aquí en Barcelona, y al final se han convertido en quince años.
“Carmen Amaya sigue siendo a día de hoy el referente para el mundo del baile flamenco”
La misma ciudad que vio nacer a tu tía abuela, la gran Carmen Amaya.
Pues imagínate, fue algo super bonito, super emotivo. Además, nada más llegar empezaron a surgir un montón de proyectos, entre ellos la película “Bajarí”, el documental que habla justo de eso, de las vueltas que da la vida… Cómo mi familia marcha de aquí y sin quererlo, la vida te vuelve a traer a tus orígenes, es super bonito… Y la ciudad me enamoró, lo tiene todo, para mi Barcelona es que… ¡me encanta!
¿Fue en ese momento que decidiste dedicarte?
En esa primera gira aprendí mucho y a partir de ahí tuve claro que quería bailar y que debería dedicar muchas horas, tenía que haber un compromiso por mi parte. Fue a raíz de esa primera gira acompañando a mi madre que lo tuve claro y cuando volvimos a México le dije a mi madre, “me quiero dedicar” y ahí empezaron mis horas de estudio y preparación.
¿Quien fue tu primer mentor?
Quien me ha formado y me ha enseñado todo es mi madre.
Mercedes Amaya, La Winy.
Sí.
Carmen Amaya, tu tía abuela, revolucionó el flamenco, fue un genio. Reconocida internacionalmente como la mejor bailaora del mundo.
Y lo sigue siendo, sigue siendo a día de hoy el referente para el mundo del baile flamenco. Han nacido muy grandes bailaoras, pero que rocen las dimensiones del personaje que fue Carmen, no. Ella abrió las puertas a los que vinieron después. Fue quien mostró este arte al mundo. Fuera de España no se conocía.
Y por donde iba, creaba furor…
Sí, trabajó en los teatros más importantes del mundo, y fue muy admirada por famosos del cine, del arte.
Roosevelt, el presidente de los Estados Unidos, también le pidió que actuara en la Casa Blanca.
Y le regaló la famosa chaquetilla de brillantes.
Se dice que después ella fue regalando generosamente los brillantes, entre las mujeres que la acompañaban en sus actuaciones.
No ha habido a lo largo de la historia, personaje del flamenco como ella. Ahora son otros tiempos, es más fácil, pero imagínate en aquellos tiempos lo difícil que era, como mujer, como gitana, salida de un barrio tan humilde…
¿Crees que ha tenido aquí en Cataluña y en España suficiente reconocimiento?
Creo que no ha recibido el lugar que se merece, desde mi punto de vista. O simplemente se la ha dejado un poco en el olvido. No debería olvidarse quien fue Carmen Amaya y hasta donde llevó el flamenco con su arte.
El flamenco, como expresión artística, nos conecta con la fuerza y el sentimiento puro.
El flamenco es un cúmulo de emociones y de vivencias. Está la alegría, el dolor, la necesidad… Hay artistas que lo expresan con esa fuerza y esa furia, y también se puede ser sutil y elegante. El abanico, lo amplio que es el flamenco. Una guajira no se puede bailar igual que una seguidilla. Cada cante, cada palo, tiene su manera y su sentir. Está el baile que se expresa desde el dolor y la rabia, como una seguidilla o una soleá, y está la alegría, o la guajira, donde tenemos que mostrar lo femenino, la sutileza, la felicidad.. El flamenco tiene todo eso.
Hay un gran desconocimiento de este arte maravilloso.
Es un arte que fácilmente llega, conecta con el espectador, no necesitas ser experto ni aficionado, pero si te pones a indagar ves que es infinito, que no se termina de aprender nunca. Cuanto más profundizas, más te engancha. Entre nosotros los flamencos decimos que “en este arte nunca se termina de aprender”. Y es que es verdad.
Aquí en Cataluña hay gran afición al flamenco.
Y tanto, ¡Cataluña es flamenca! Y si el flamenco ha sobrevivido a tantas adversidades y sigue siendo flamenca, es porque Cataluña es muy flamenca.
En 2013 te dieron el premio Artista Revelación en el Festival de Jerez de la Frontera.
Si, para todo artista flamenco es un sueño poder actuar en este Festival. Y aún más que te reconozcan. Entonces para mí fue maravilloso. He vuelto al Festival en varias ocasiones más. Estoy muy contenta y agradecida de tener ese reconocimiento.
“En cualquier país del mundo donde vayas hay afición, hay comunidad flamenca”
El flamenco no es solo para minorías.
No, al hacer giras por todo el mundo te das cuenta cómo el flamenco es acogido por las diferentes culturas. Te asombrarías. Yo no me lo puedo creer. En China, en Japón, cómo puede haber tantísima afición, tan comprometidos con este arte! Es alucinante. O irte a México, Argentina, Canadá… donde vayas el flamenco es patrimonio, nunca mejor dicho, de la humanidad.
En 2010 el flamenco se declaró “Patrimonio de la Humanidad”.
En cualquier país del mundo donde vayas hay afición, hay comunidad flamenca. No es folklore, es mucho más.
Hay un flamenco purista, y otro, innovador, pero que respeta la tradición.
Sí, es mi caso. Todo evoluciona. El baile de ahora no es el que se bailaba hace treinta o cuarenta años. Es una evolución natural, dentro de la base que es el flamenco. Una evolución de técnica, de movimiento, de todo. Yo soy una bailaora “tradicional”. Me gusta también lo arriesgado, respeto mucho la gente que tiene otro concepto, me gusta verlo. Pero en mi caso es un baile moderno, pero flamenco.
¿Algún sueño por cumplir? Quizás crear tu propia compañía?
Este espectáculo flamenco “Sangre” es uno de mis sueños. Es el inicio de una pequeña compañía que ojalá crezca aún más y podamos mostrar al mundo, este y otros muchos espectáculos más. Pero mi mayor sueño es poder bailar rodeada de la gente que quiero y que me aporta y me inspira. Y sueño con que la gente vea lo mejor de mí. El reconocimiento y todo eso, llega. Lo importante es tomar las decisiones acertadas, y poder elegir con quien trabajar.
Te deseamos lo mejor con tu nuevo espectáculo. Ahí estaremos el equipo de Acelobert en el pre-estreno. Será un honor y un placer sentiros en directo, sentir todo vuestro arte sobre el escenario.
Antonia Utrera
