Dante Gabriel Rossetti (1870)

Visualización y psicoterapia: Viajar hacia dentro

Por: Leonor Fernández.-

“Cierra tus ojos y verás claramente”  (Lao Tse S.VI ac)

La visualización como técnica terapéutica consiste en una invitación al mundo interior. ¿Cómo? Primero hemos de cerrar los ojos. Ver con la mirada interior.

Entre las definiciones que da RAE de la palabra Visualización destacaría la de “Visibilizar”. Pues explica muy bien su función: “hacer visible lo que no se ve a simple vista”. Retirar la vista para ver lo que importa. En palabras de Antoine de Saint Exupéry:

“Lo que veo aquí es sólo una corteza. Lo más importante es invisible

Desde mi mirada, la psicoterapia es un camino de integración de experiencias, de sentires; un viaje hacia la unidad, un equilibrio entre opuestos, un proceso alquímico, una transformación liberadora del ser.

La construcción de nuestra identidad, de nuestro yo, es dual. Hay un yo, porque hay un no yo, hay un mundo externo a mi porque hay un mundo interno en mí. Hay un estado consciente porque hay uno inconsciente. La visualización es una técnica, entre otras, que permite acceder a ese espacio más desconocido.

La visualización empieza en la mayoría de los casos con una relajación guiada, y una invitación a escuchar la respiración, consiguiendo llevar a la persona a un estado de conciencia más profundo. Las imágenes inducidas, aparecen ya desde la primera fase: “…observa como tu respiración entra en ti…imagina que ese aire inspirado es luminoso…” A partir de ahí se guiará a unas imágenes u otras dependiendo de la necesidad y demanda del paciente.

La visualización tiene muchas aplicaciones en psicoterapia, para mi la principal es acceder a ese silencio interior que habita en nosotros, es por tanto un camino a la meditación:

“Dentro de ti hay una quietud y un santuario al que puedes retirarte en cualquier momento y ser tú mismo.” Herman Hesse.

En la visualización será muy importante la entonación de voz, el lenguaje empleado. El estado emocional y vibracional del terapeuta es fundamental, ha de estar conectado tanto con él mismo como con su cliente, sintiendo y fluyendo con lo que está pasando.

En la visualización no sólo son relevantes las imágenes, sino también los olores, sabores, texturas, o la sensación de movimiento. A menudo pueden surgir sonidos internos, palabras, nombres…

Los paisajes sugeridos por el terapeuta van dando paso a los propios del cliente. La riqueza interior es prácticamente infinita, y dichos paisajes son una fuente de información preciosa para el sujeto. Las imágenes surgidas, así como las palabras, intuiciones, o visiones pueden ofrecer soluciones antes no contempladas.

La práctica de la visualización despierta la creatividad y es una técnica apropiada en la toma de decisiones o en la solución de problemas.

El ejercicio habitual de la visualización nos ayuda a integrar la experiencia presente y pasada, preparándonos para un futuro mejor.

Familiarizarse con nuestro mundo interior facilita la apertura de conciencia, desarrollando el “mundo imaginal” (mundus imaginalis). Nos acerca al lenguaje simbólico, al lenguaje asociativo, conectando e integrando sentidos y significados. No olvidemos que alma (psique) habla en símbolos.

La visualización puede ser muy útil para regresar a momentos anteriores de nuestra experiencia donde las vivencias fueron demasiado intensas o traumáticas y hacerlas conscientes para sanarlas e integrarlas. Es un proceso de más de una sesión que requiere el acompañamiento de un psicólogo/a experimentado, con el/la que el cliente haya construido una buena relación terapéutica y un espacio seguro para revivir lo ocurrido.

La visualización puede hacerse con música o sonido adecuados al tipo de experiencia buscada.

La visualización es una puerta también a la meditación, a conectarnos con nuestro silencio. La relajación inicial y la observación de la respiración pueden ser seguidas de un recorrido por los diferentes chacras, indicando sus colores o sintiendo su vibración.

En el Yoga Nidra la visualización se acompaña por los cuencos tibetanos. Es una experiencia muy sanadora y recomendable. ¿En qué consiste? En palabras de mi profesora Olga Martínez:

“La técnica de YOGA NIDRA (sueño consciente) consiste en 9 fases en la que se profundiza capa a capa (KOSHA), y en la más interna se trabaja con la visualización, es la fase fundamental de la práctica donde se transmite la información de imágenes desde el subconsciente al consciente, de este modo obtendremos una valiosa información para evolucionar y crecer como individuos”.

Os animo a todos a visualizar. Poneros cómodos y cerrar los ojos…

Leonor Fernández

Psicóloga colegiada n. 7865

Psicoterapeuta.

Experta en Hipnosis (Universidad de Barcelona)

leonor.psique@gmail.com