La Unió Esportiva de Sants, en busca de su propio campo

 

La U.E. Sants es un club histórico del barrio que surgió de la fusión del ciclismo y el fútbol. Muchos años después estas dos disciplinas se han separado y actualmente la U.E. Sants cuenta con secciones de fútbol, fútbol sala y atletismo. La historia de esta entidad, que reúne muchos reconocimientos en sus vitrinas, es la de un club que en los últimos 50 años ha vagado por Barcelona sin tener un espacio fijo donde poder practicar estos deportes.

En abril de 1922 se fusionaron dos entidades futbolísticas, el F.C. Internacional y el Centro de Deportes de Sans, y dos de ciclismo, el Club Ciclismo de Sans y el Velo Deporte; dando como resultado la Unió Esportiva de Sans (Sants, desde 1964) que, desde su nacimiento, se encargó de la Vuelta Ciclista a Cataluña, hasta que se creó la Vuelta Ciclista Asociación Deportiva, entidad que hoy en día organiza la tercera carrera ciclista más antigua del mundo. Si bien estas dos disciplinas -el fútbol y el ciclisme- eran las líderes de un club muy exitoso en sus inicios, también hubo lugar para otros deportes.

Durante la primera mitad del siglo XX se crearon secciones como las de baloncesto masculino y, posteriormente, femenino y de balonmano, dos deportes que desaparecieron del club en las décadas de los 50-60. La gimnasia y el boxeo, un deporte muy importante en el barrio, también formaron parte de la Unió; así como el béisbol, minoritario en Cataluña. El atletismo también fue un referente de la entidad desde el comienzo y aunque en estos años ha vivido altibajos, actualmente existe la sección.

El club de Sants, sin embargo, vivió una gran sacudida hace 52 años, con unos efectos que hoy en día continúa arrastrando. La temporada 1963-64 fue la última que los equipos verde-y-blancos pudieron jugar en su campo de fútbol de la calle Galileo, ya que cerró sus puertas el 23 de febrero de 1964, un terreno por donde ahora pasa la avenida Madrid.

Desde entonces el Sants ha vivido de un campo en otro, jugando en las instalaciones de otros clubes. «Somos los palestinos del fútbol», comenta Vicenç Pérez de Tudela. El actual presidente lamenta la situación que tienen que sufrir y tampoco ve nada claro que la U.E. Sants tenga un campo en un futuro cercano. «Aquí en el barrio había terrenos para hacer un campo, pero ningún presidente lo encontró interesante y consideraron más adecuado ir a jugar al campo del Europa, del Espanyol, de L’Hospitalet o del Barça. Pero esto es pan para hoy y hambre para mañana», explica Pérez de Tudela.

El campo de Sarrià fue el primer espacio de acogida, después vendrían el Municipal de L’Hospitalet, el de la calle de Cerdeña del C.E. Europa, las Instalaciones Deportivas del F.C. Barcelona y otra vez en L’Hospital. En 1975 el club se pudo instalar en el campo de Julià de Capmany, pero las malas relaciones, con la Unió Esportiva Polvoritense provocaron que el Sants se tuviera que marchar, otra vez, a las instalaciones de la Báscula a la espera de que se construyera el campo en la antigua estación de Magòria.

Precisamente, el club vivió algunos años de estabilidad en el campo de Magòria, donde era la entidad referente, pero debido a las obras tuvo que buscar otras instalaciones. Pérez de Tudela comenta que con el anterior gobierno «estaba bien atado» para que se construyera el nuevo campo de Magòria. Sin embargo, los cambios políticos no permitieron continuar con este proyecto que ahora ve muy complicado.

Actualmente, los 34 equipos que hay en la Unió juegan repartidos en el Campo de Fútbol de la Energía, en el Campo de Fútbol de Iberia y el Complejo Deportivo La Báscula. Tània Soler, responsable de comunicación del club, comenta la situación: «por ejemplo, el primer equipo está centralizado en el Campo de la Energía y el fútbol base está el de La Báscula, pero luego hay equipos que tienen que ir a dos campos diferentes. Y además la gente de atletismo tiene que ir a las pistas de Serrahima».

No poder jugar en un campo propio o, al menos, en un campo en el barrio provoca que «hemos perdido socios de Sants, vecinos, aunque hemos ganado afición y niños de la Zona Franca, pero hemos perdido identidad», según Soler. En este aspecto, el presidente añade que «el socio del Sants, ya mayor, podía venir al campo de Magòria, en cambio pasar la Gran Vía es como cruzar la frontera».

A la problemática del campo hay que añadir la mala situación económica que se evidenció tres temporadas atrás con el descenso del primer equipo a segunda catalana. Desde ese momento «se decidió tirar de gente de la casa, de chicos que no cobran o cobran el mínimo» y la temporada siguiente se volvió a subir automáticamente a primera catalana con jugadores muy jóvenes. Vicenç Pérez de Tudela recuerda con orgullo: «aquel año jugamos la promoción de ascenso y fuimos a Camprodon, y yo no he visto tanta gente como en aquel partido».

La apuesta de la Unió ha tenido muy buenos resultados y esto se hace evidente en la buena posición del primer equipo en la actual temporada, ya que el Sants podría jugar por la promoción de ascenso a tercera división. «Me preocupa que si el equipo no sube a tercera división podemos tener una fuga de ‘cerebritos’, porque a un chico de estas edades le hace ilusión subir en una categoría superior y ficharlo, si no cobra, es muy fácil», reflexiona Pérez de Tudela, aunque sería un gran paso para el club poder jugar en una categoría superior. Sin dudas el primer equipo es un elemento fundamental en el que se reflejan los más pequeños, sin embargo, el presidente considera que «el fútbol base es el referente del Sants» es por eso que destaca la gran cantidad de niños que desde pequeños visten la camiseta de la UE Sants.

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