Psicoterapia: «Hipnosis, el trance liberador»
Por: Leonor Fernández.-
“La magia no está en las palabras sino en la memoria de quien las escucha” Milton Erickson
La palabra hipnosis viene de griego Ὕπνος”, que significa sueño, sopor, y da nombre al dios griego del sueño. La madre de Hipno era Nix, la noche, y en la versión más difundida se dice que tuvo a su hijo sin intervención masculina.
El hermano de Hipnos era Tánatos, dios de la muerte y según Virgilio (Eneida) ambos habitaban junto a su madre en una oscura cueva al lado del rio Lete. La amapola será su flor.
Sueño y muerte, hermanos: “Ambos eran gemelos y su apariencia física era la misma, muy pocas diferencias había en ellos. Es por ello que los muertos parecen estar soñando eternamente, y los que duermen parecen haber muerto por algunas horas.” (www.mitosenespanol.tumblr.com)
Creo que esta unión a la que hacemos referencia va más allá de la apariencia, hay similitudes transcendentales, pero será en otra ocasión cuando hablemos de ello. Para los más impacientes, recordaremos que el yoga del sueño profundiza en el tema.
Tenemos ya claro el origen de la palabra Hipnosis y algunas de las más que sugerencias que ello implica, aunque curiosamente una de las características de la hipnosis es el no dormirse. En hipnosis la persona no pierde en ningún momento la conciencia.
Terapia e hipnosis han estado vinculadas desde sus orígenes.
Los primeros documentos de prácticas de hipnosis fueron descubiertos en Tebas, se trata de un extenso papiro (Ebers), fechado en el año 8.º del reinado de Amenhotep I (1517AC). En dicho documento se habla de Farmacopea y diferentes enfermedades, entre ellas los primeros esbozos de la depresión nerviosa y técnicas de inducción a estados de trance con fines terapéuticos. Franz Antón Mesmer (1734-1815) doctorado en Medicina y Filosofía, famoso por sus curaciones milagrosas, con lo que el denominaba sueño magnético, atribuía a la energía magnética el estado profundo a los que inducia a sus pacientes. Fueron sus seguidores los que afirmaron que el efecto producido se debía a la sugestión y uno de ellos, James Braid (1795-1860) fue el primero en utilizar el nombre de Hipnosis.
Uno de los más destacados Hipnólogos recientes es Milton H. Erickson (1901-1980), psiquiatra y psicólogo que empleó la hipnosis de una manera respetuosa con sus pacientes poniendo el énfasis en el poder de cada persona, de hecho dijo que toda hipnosis es una auto-hipnosis. Empleaba solo la palabra y utilizaba metáforas para ayudar o complementar su intervención. La hipnosis era una técnica dentro del mismo proceso psicoterapéutico, con excelentes resultados. Creó su propio método y formó a prestigiosos psiquiatras y psicólogos.
Aunque muchos psicólogos otorgan mucha importancia a las palabras utilizadas en el proceso, para mí no lo tienen tanto, sin menospreciar su poder, considero que la fuerza terapéutica del proceso está en el propio paciente o cliente, en su “mundo imaginal” y en la capacidad que tenemos todos para situarnos en diferentes niveles de conciencia.
El estado de trance es la pretensión de la hipnosis, en mayor o menor profundidad. La palabra trance viene del latín transīre que significa transitar, transportarse, cruzar. Pasar un “trance” se utiliza para definir momentos de dificultad. Esta palabra también se utiliza como sustituto o descripción de la muerte (Tánatos). En todos casos hace alusión al proceso, al ir más allá.
Es importante señalar que en el proceso de hipnosis no se utilizan sustancias de ningún tipo, aunque la amapola sea la flor de Hipnos. Cuanta menos intervención haya mejor para el cliente.
La visualización puede formar parte del proceso, así como los procesos sugestivos que hagan focalizar la atención del cliente en diferentes sentidos, objetos o partes del cuerpo a fin de acallar la corteza frontal y pre-frontal, responsable del pensamiento y del estado de vigilia y entrar en otros estados más profundos y mucho más interesantes.
La disposición del cliente y la confianza en el terapeuta será de suma importancia, de ahí que la relación terapéutica sea vital. Es por eso por lo que yo recomiendo que el proceso se haga con un psicoterapeuta experto que pueda acompañar todo el proceso.
La utilidad de la hipnosis como técnica psicoterapéutica es variada, es aplicable tanto a estados de estrés como de depresión, ansiedad, fobias o traumas, adicciones, falta de concentración, etc., siempre dentro de un marco psicoterapéutico.
Permitirme dedicar este artículo al profesor Jaume Bordas, con el que realicé mi primera hipnosis, en este caso regresiva, con excelentes resultados en mi vida.
Leonor Fernández
Psicóloga colegiada n 7865
Psicoterapeuta.
Experta en Hipnosis (Universidad de Barcelona)
leonor.psique@gmail.com