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Pedro Alonso, Cortsenc d’Honor: “Barcelona no tiene mas pobreza porque hay muchas personas que ayudan voluntariamente”

Pedro Alonso Velasco es un hombre “sencillo y humilde” que siempre ha reivindicado los servicios públicos, tal como se define él mismo. Desde que llegó a Barcelona ha vivido en Les Corts un Distrito por el que ha luchado intensamente, al mismo tiempo que se implicaba en el Banc Solidari. Por todo ello Pedro Alonso fue reconocido como Cortsenc d’Honor 2016, un premio que dedica a las entidades del barrio y a los grupos políticos, pero sobre todo a sus amigos.

¿Cómo comenzó a implicarse en los asuntos del barrio?

Siempre me había dedicado mucho a mi trabajo, así que no tenía demasiado tiempo para las cosas del barrio. Pero fui conociendo a gente de asociaciones de vecinos con la misma sensibilidad que yo; Paco Lucio, Ángel Mena y sobre todo Lleonard Ramírez; ellos me inocularon el virus de la ayuda y la lucha. Quizá también por mis orígenes humildes, siempre he tenido la inquietud de ayudar.

¿Cuándo surgió la idea de crear el Banc Solidari?

Creíamos que entre vecinos podíamos resolver muchos problemas y fue cuando pensamos en el Banc Solidari. Lo de llamarlo así fue idea mía, porque había trabajado en un banco y aunque no lo entendían yo les decía: “los activos son los solidarios y los pasivos, todo lo que nos piden”. El adalid del Banc fue Paco Lucio que mantuvo abierta todos los días la puerta de nuestro despachito, aunque no hubiera nada. Yo me desanimé, porque pensaba que en cuanto hiciéramos un poco de publicidad iba a venir la gente a apuntarse y a pedir, pero no fue así. El Banc Solidari aguantó porque tenía un equipo de gente buena que permanecimos. A partir de ahí, sobre todo empezamos a hacer labores de acompañamiento a gente mayor y a ayudar en temas de bricolaje y poco a poco vinieron los voluntarios.

La educación tiene un papel importante en el Banc Solidari.

Tenemos unos 75 niños y el Ayuntamiento nos buscó un local muy bien equipado. Hay treinta y tantos voluntarios implicados. Sé que lo de ser pedagogo es vocacional, así que cuando se jubilan muchos quieren seguir enseñando. También ayudamos en la alfabetización y hemos conseguido que estas personas se integren, que entren en internet y tengan su correo electrónico.

En el Banc también se ofrece ayuda en el duelo.

Una mujer, psicóloga y ATS jubilada, se dirigió a nosotros porque quería ayudar en el duelo. Ahora trabaja con unas cien personas. Yo pienso, ¿cómo es posible que haya gente que dedique 300 horas al año para hacer esa tarea voluntariamente?

Paralelamente ha estado implicado en la lucha vecinal.

La primera acción que recuerdo fue reclamar Can Rigalt, un parque que hay entre Barcelona y L’Hospitalet. Acompañaba a Lleonard Ramírez, él hacía las pintadas y yo llevaba el cubo. Esto me enganchó. Después tuve una lucha por los autobuses y a base de dar la lata conseguí que el 54 y el 15 subieran hasta aquí [Av. Chile] y zona Universitaria. Y la lucha por el tranvía. Yo sigo luchando por que el tranvía llegue de Francesc Macià a Glorias.

¿Y las luchas con el Barça?

Conseguimos que Núñez no hiciera la construcción faraónica en el Miniestadi. También retrasamos el proyecto de Laporta de construir casi 1.700 pisos y ahora tenemos el Espai Barça, que supone un cambio en el Plan General Metropolitano. Al Barça no tenemos que agradecerle nada porque ha sido un vecino que nos ha ignorado. Hemos tenido siempre problemas con la movilidad, la limpieza, la seguridad… y prácticamente nunca han puesto nada. En el nuevo Espai Barça queremos que todo esto quede resuelto.

¿En qué otros proyectos está involucrado ahora?

En la lucha por hacer una residencia para gente mayor en el PERI [Plan Especial de Reforma Interior] Bacardí. Y en el PERI Danubio que es el único terreno que queda en Maternitat i Sant Ramon para tener servicios públicos.

¿Se imagina Barcelona sin gente voluntaria?

Es una ciudad envidiable en ese aspecto, la gente es muy solidaria. Yo estoy admirado, porque aquí la gente tiene una sensibilidad especial. Barcelona no tiene más pobreza porque hay muchas personas que ayudan voluntariamente.

Sandra Pulido

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