Al hablar de vejez es habitual que se cree un cierto rechazo a causa de las pérdidas físicas y psíquicas que se producen durante este proceso. Este hecho hace que aparezcan estereotipos y que la sociedad exprese sobreprotección o abandono. Esta actitud, comúnmente adoptada por los familiares de manera inconsciente, alimenta que la persona grande no crea en ella misma y que no se identifique como una persona activa y segura. Como consecuencia, se produce una disminución de sus capacidades para no ejercitarlas y una disminución de la motivación para realizar una ocupación significativa por la persona.

Según la Federación Mundial de la Terapia Ocupacional, la ocupación se refiere a realizar actividades individuales, con la familia y con la comunidad para ocupar el tiempo que comportan propósitos concretos y dan sentido a la vida. La ocupación incluye llevar a cabo cualquier cosa que las personas necesitan, quieran y crean que pueden hacer de manera significativa. Por lo tanto, tener presente que en todas las edades tenemos la necesidad de obtener la ocupación viva.

¿Cómo podemos facilitar y no dificultar el uso de sus capacidades para realizarla? Los que tenemos contacto con personas que se encuentran en la etapa del envejecimiento es importante que intentemos analizar nuestras actuaciones y que nos preguntemos como nos gustaría que las otras generaciones nos trataran si nos encontráramos en una situación similar.

Seguidamente se proponen cinco aspectos que pueden ayudar a fomentar la ocupación significativa durante el envejecimiento:
Tienen que sentirse reconocidos/se y valorados/se por sus experiencias de vida. La escucha activa es fundamental y la principal corriente de información.

Que tengan la oportunidad de ser protagonistas de su condición y tomar decisiones que consideren más adecuadas según su situación personal y social.
No hablar ante la persona de aspectos que se refieren a él o a ella sin introducirla en la conversación.

Teniendo en cuenta que la ocupación significativa no tiene que ser igual que antes, puede ser entrenada en estrategias compensatorias que se puedan continuar practicando (adaptar la actividad) o también crear nuevas oportunidades. Tenemos el prejuicio que en el envejecimiento no se desarrollan nuevos aprendizajes y es totalmente erróneo.

Por último, cuando están realizando la actividad se tiene que tener paciencia, confianza, dar tiempo de actuar, ofrecer un espacio para experimentar, facilitarle los recursos y ayudarlo si lo necesita o reclama pero que creen de manera propia, aunque la sociedad no lo considere ideal. Tener presente que los retos no se consiguen el primer día sino que se consiguen a largo plazo.

Qué beneficios reciben si se lleva a cabo este aspecto?
Aumenta la actividad física en su tiempo libre y surge la motivación. Además, si manifiestan algún síntoma físico o algún sentimiento de preocupación ayuda a aligerar estos aspectos negativos. También reconforta la autoestima y proporciona la armonía con los vínculos sociales y familiares.