Las canciones de nuestra vida

En las sesiones musicales destinadas a las personas mayores se utilizan principalmente las canciones que han formado parte de la vida de estas personas, ya que sabemos que son una herramienta muy poderosa.

Anteriormente cantar formaba parte de la vida cotidiana de las personas; las generaciones pasadas cantaban en la escuela, en el tiempo libre, en casa mientras hacían las tareas del hogar. Muchos juegos eran vinculados con una canción… Cuando escuchamos una canción que ha sido significativa para nosotros, en nuestro cerebro se produce una serie de cambios que son capaces de hacer salir a la luz recuerdos que estaban perdidos en nuestra memoria. Todo esto se debe a un estrecho vínculo entre la música y nuestro cerebro y a las conexiones neuronales. Por eso las canciones son un material muy rico que refuerzan la autoestima de las personas mayores, porque con las canciones rememoramos vivencias y recuerdos que han sido significativos. Les provoca una expresión de sentimientos y muchas ganas de comunicarse.

Cantar requiere esfuerzo, pero desde un punto de vista positivo, ya que ayuda a tener un mayor control de la respiración, favorece a un mejor mantenimiento del timbre de voz, que va cambiando conforme pasan los años, a una mejora de la entonación y a la adquisición de una mejor postura corporal. Cuando en las sesiones de musicoterapia las personas mayores cantan en grupo, trabajan la memoria, la capacidad de atención, la capacidad de escuchar a los otros, todo esto con la satisfacción de realizar una actividad social integradora.

Se han realizado estudios que constatan que las personas que sufren una demencia severa responden muy positivamente cuando escuchan una canción que es reconocida para ellos. Personas que sufren mutismo son capaces de entonar canciones enteras; personas que viven en un estado de abstracción permanente, «despiertan», lloran, ríen, modifican la postura, se concentran y fijan la mirada.

Alojado en casa de un amigo, el músico Ravel, afectado por una demencia grave, expresó un gran entusiasmo al escuchar una música que sonaba por la radio, la cual la encontró muy inspiradora. Lo curioso de este caso es que la canción que sonaba era su famoso Bolero creado por él años atrás.

Si estáis conviviendo con una persona mayor, preguntarle cual es la música que más le gustaba, hacer que escuche sus canciones y sobretodo cantarla con ellos. Este hecho hará que se cree un vinculo muy especial y favorecerá su calidad de vida. Y la vuestra.

 

Marta Oller Roig – Educadora musical y musicoterapeuta de los Centros Amunt –  · T. 93 448 11 54 www.centrosamunt.com