Entrevista a Loquillo

Entrevista a Loquillo

 

“Cuando empiezas a decir ‘no’, empiezas a ser tú mismo”

Por Marta Codina
Junio’14

Gafas de sol, tupé y una media sonrisa dibujada en el rostro, así aparece el Loco en la sede de BMW en Barcelona para presentar su nuevo trabajo discográfico. Dos metros de puro rock and roll vestido con traje oscuro y una chulería un tanto entrañable que no deja indiferente a nadie. Apasionado de la historia del siglo XX y de la buena poesía, se ha ido reinventando desde los años 80 porqué ha odiado estar siempre en una cárcel interpretativa. Ha vivido en grandes ciudades porqué es donde todo se cuece. No cree en banderas ni patrias, sólo en el rock and roll, que es un idioma mundial. Se enorgullece de ser un tipo que da la cara y confiesa que La mala reputación y El hombre de negro son dos de sus canciones que mejor le definen.

Tu nuevo disco se llama El Creyente. ¿En qué cree Loquillo?
En el poder del rock and roll, que es determinante en el momento de enfrentarse a la vida. Y en los 7.000 seguidores que reunimos en Granada para grabar este disco en directo. Eso era todo un acto de fe.

¿En qué momento quisiste ser una rock and roll star?
El día que te miras al espejo, coges una guitarra y te empiezas a mover ya quieres ser una estrella. Y eso me ocurrió cuando tenía 15 años.

¿Cuándo fuiste consciente de que ya lo eras?  
En ese momento yo ya lo sabía. Los demás todavía no (ríe).

Pero no sabías tocar la guitarra, no sabías cantar. Aun así montaste una banda de rock y triunfaste. ¿Cuál es la fórmula del éxito? 
Hacer lo que uno cree que ha de hacer y no lo que los demás creen que has de hacer. Has de saber decir no. Cuando empiezas a decir “no”, empiezas a ser tú mismo.

¿Tu chulería te ha cerrado puertas?
Me cerró muchas puertas en un momento determinado pero después, esas puertas se han abierto mucho más grandes.

¿Eres un tipo duro?
Más que duro, yo diría curtido. Cuando me preguntan si estoy en mi segunda juventud yo digo que estoy en mi primera madurez.

¿En tu armario hay más colores, a parte del negro?
Claro, el gris, el azul oscuro…(ríe)

¿Vestirás de colores claros alguna vez?
Soy muy pálido, el rosa no me quedaría bien (sonríe). La elegancia es así, si no es negro es gris, porqué uno tiene canas. Y lo que nunca haría es intentar representar a alguien que no soy.

¿Morir con las botas puestas o tumbado al sol con el mojito en la mano?
Si ha de ser, que sea en brazos de una mujer, desde el punto de vista romántico. Y en acción de guerra, eso siempre. Hace falta saber escoger entre la gloria y lo efímero. Es el código Samurái de Bushido y el código de la Caballería de Ramon Llull.

Entrevista a Loquillo

Entrevista a Loquillo

¿Qué escoges tú?
La gloria, siempre.

¿José María Sanz y Loquillo son la misma persona?
José María es la coraza que a veces se pone Loquillo.

¿Cuál de los dos sube al escenario?
Loquillo.

Familiar, madrugador, alejado de las drogas. ¿Los roqueros son así o tú eres una excepción?
También se cree que todos los políticos son unos corruptos pero yo conozco a muchos que no lo son. Con el rock pasa lo mismo, no se puede decir que todos los músicos van ‘puestos’ hasta arriba. Si fuera así, algunos no durarían 30 años en el escenario. Hay mucha mítica pero está claro que cada oficio tiene su leyenda.

¿Como la de los roqueros que no quieren crecer?
Sí, en el mundo del rock se cae a menudo en el complejo de Peter Pan y eso es muy malo. Cuando los padres llevan la misma pinta que sus hijos, da qué pensar. En el mundo del rock uno ha de comportarse acorde a la edad que tiene, de lo contrario lleva un retraso considerable con su propia vida.

¿El rock actual mantiene su esencia reivindicativa o se ha convertido en un estilo vendible sin más?
El rock no tendría que perder nunca la capacidad transgresora ni de provocación. Estamos demasiado acostumbrados a grupos de artistas que nunca gritan ni dicen lo que piensan. Es el signo de los tiempos, estamos en una época de low cost y a veces las personas y los artistas también lo son.

Tus declaraciones suelen desatar polémica. Te quejas de estar en el punto de mira de muchos y entre fuegos cruzados pero ¿sabrías callar y mantenerte al margen?
Soy una contradicción andante pero quien no lo es. Uno ha de vivir con sus miedos y sus puntos de vista y si hay algo que siempre hago es plantear dudas. No puedo vivir de verdades absolutas, no me gustan. Me revelo siempre contra el pensamiento único, nos lleva a la uniformidad. No conozco otra máxima forma de libertad que el rock and roll y por eso me comporto de ese modo.

Orgulloso de ser un chico de barrio pero que siempre quiso huir de él. ¿Otra contradicción?
Tengo claro que el mundo es muy grande y hace falta salir del barrio para triunfar. Eso también lo dice una canción de Springsteen. Yo tenía una capacidad de conocer y notaba que en el barrio me perdía algo. Escogí un oficio que me permitía conocer el mundo en todas sus variantes. Me gustaba no tener un lugar fijo. Estar donde está la gente que quiero, independientemente del territorio. Nunca he entendido la pertenencia a un lugar. Soy del planeta Tierra, soy medio árabe, medio judío y medio cristiano, es lo que llevo dentro. Estoy en la frontera de Oriente y Occidente.

Si te pierdes, ¿dónde podríamos encontrarte?
No lo diría y daría pistas para confundir, eso seguro. Hay ciudades que me gustan mucho, como Tánger. “El desierto, la selva y nada más”, como dice el poema de Bernardo Atxaga. También podría perderme en Reikiavik. Pero quizá si tuviera que dar una vuelta iría al mar o al desierto, para mí es lo mismo.

En tu canción “La ciudad frente a mí” hablas de “ser todo aquello que pude no ser y no fui”. ¿Qué pudiste ser y no has sido?
Estibador del puerto de Barcelona. Ahora estaría trabajando allí, como hicieron mi padre y mi abuelo.

Tus fans agradecemos que estés haciendo música. Mucha suerte con tu  nuevo disco.

Por Marta Codina

 

Post a Comment