Meritxell Huertas. Monólogos de la Vagina. Revista Acelobert Barcelona

Meritxell Huertas: “el trabajo de actor, con una hora u hora y media de función, es como la energía de ocho horas de oficina»

Por: Antonia Utrera.-

Meritxell Huertas (24-4-1973) es una actriz catalana que ha trabajado en teatro, cine y televisión. Actualmente podemos verla en la Sala Aquarella de Barcelona con la obra de teatro «Los Monólogos de la Vagina», junto a Alicia González Laá y Aina Quiñones, una obra escrita hace más de veinte años, que se ha puesto en escena en más de 100 países y en 10 idiomas diferentes.

¿Qué tiene esta obra «Los Monólogos de la Vagina» para tener tanto éxito?

Fue escrita el 1994 y ya no se ha dejado de hacer. En los Estados Unidos, un día al año, para San Valentín, se celebra el VDay, el V de Vagina. Se ha creado un movimiento feminista alrededor de esto. Este dia, la Glenn Close actúa en un teatro auditorio y van millones de personas a verla. Es todo un movimiento en torno a los Monólogos de la Vagina. Se está haciendo en muchos países, en Sudamérica sobre todo.

Estrenasteis la obra el 20 de febrero del año pasado.

Sí, lo empezamos a hacer un mes antes de empezar la pandemia al Capitol, y de golpe nos cerraron el teatro. Nos habíamos quedado sin sala y encontramos ahora esta, La Sala Aquarella. Aquí estamos de nuevo, hasta el 18 de abril y volveremos después en septiembre hasta marzo del próximo año. Esperamos que todo esté abierto sin restricciones.

Qué situación tan terrible para los artistas.

Si, nuestra profesión, para empezar, es nuestra alma. Si no actúas te sientes en casa fatal. Y, además, no podemos perder la cultura, no es «no me sale a cuenta, pues no voy». No, no lo hacemos por el dinero. Al final lo hacemos para llenarnos el espíritu y llenar el espíritu de la gente. Es una vocación y se tiene que hacer.

Además, muy necesario.

Hombre, sí, cuando la gente ríe tanto, y se lo pasa tan bien, durante un ratito se olvidan… Además, lo hablábamos con Alicia, decidimos que lo volvíamos a hacer, casi como un acto de rebelión. Los números no nos salen, ni a nosotros ni a los productores, pero queremos hacerlo.

Y el espectáculo continúa. ¿Cuál es la reacción de la gente?

Todo el mundo sale muy impactado. La primera función no teníamos ni idea de cómo iría. Fue en un pueblecito de Girona, y justamente después, había coloquio y pensamos «¡madre mía, como esto no guste, y encima un coloquio!». Pues fue todo lo contrario, fue un éxito, todo el teatro lleno. Vino mucha gente y se quedó mucha gente al coloquio y nosotras ya estábamos cagadas… «Ay, madre! ¡A ver qué nos preguntarán!» y la respuesta fue muy positiva, gente diciendo «muchísimas gracias por hacer esto». Este espectáculo, con todo lo que está pasando en el mundo, a nosotros solo nos da alegrías.

¿Tus inicios como actriz?

Empecé ya de pequeña, yo era muy payasa y quería hacer teatro. Compaginé la carrera de filología catalana con las clases en la Escuela de Teatro Nancy Tuñón. Y justo hacía la carrera con el Mago Lari, con en Josep María Lari. Ya éramos muy amigos y me dijo, «va, hagamos algo de magia y tú me acompañas». Nos inventamos un espectáculo de magia juntos. Empezamos a hacer bolos, empezamos a ganar dinero y dijimos, ¡ostras pues esto da! Después en Nancy Tuñon hice un casting para La Cubana y me cogieron y ya está, ¡ya no he parado!

¿El espectáculo de magia con el Mago Lari fue tu primer trabajo como profesional?

Si! teníamos veinte años, los dos hacíamos filología y en la época de las comuniones nos gustaba hacerlas con el espectáculo, era justo cuando teníamos los exámenes y íbamos locos…

¿Trabajaste muchos años en La Cubana?

Si, once años…del 1998 al 2009

Qué fábrica de buenos actores, La Cubana, ¿verdad?

Si, si, realmente después te das cuenta, cuando vas por la vida y ves todo lo que sabes gracias a La Cubana.

Hasta que empezaste a hacer tele.

Estábamos haciendo «*Cómeme el Coco» en Madrid y me llamó Luis San Narciso para hacer una prueba de un capítulo de Aida y me ofreció trabajo y empecé a hacer tele allá. Hasta el 2011 que volví a Barcelona a hacer teatro.

¿Y esta capacidad para hacer reír a la gente?

Es que yo soy muy tímida, yo creo que ha sido mi escudo, hacer reír, para superar esto, hacer personajes y encarnar otras vidas.

¿Y todavía lo eres?

Sí, menos, pero sí… aunque no lo parezca, pero sí…

Mucha adrenalina en el escenario…

De hecho dicen que el trabajo de actor, con una hora u hora y media de función, es como la energía de ocho horas de oficina. “Y tú ¿qué? trabajas una hora al día?” Pero está claro, es que esta hora al día tienes que tener una concentración, estar pendiente de todo, del público, de lo que tienes que hacer, recordar el texto…

Está claro, cuando acabáis necesitáis distensar un poco.

Y ahora que tenemos los bares cerrados, ¡no podemos hacer ni una cervecita! Ahora te tienes que ir a casa así… Yo iba en moto y ahora voy a pie, me dije, no, no, al menos ando…. Para ir asimilando todo lo que ha pasado.

Aunque repetís lo mismo cada día…

Uy! No, no, cada día es muy diferente, cada público respira diferente. Hoy justamente he sentido una cosa que decía Carme Pla de T de Teatro, que cuando está la gente del público, los corazones se sincronizan. El latir del corazón del público se sincroniza y ¡es verdad! Hay días que notas que el público está sincronizado, todos a una, hay días que aquello no se sincroniza ni a la de tres. Les está gustando y saldrán encantados, pero ves que no, que no hay comunión, y otros días, dices, «Ostras, esto es Tina Turner, es la bomba.» y otros días que no, nada de esto.

Está claro, necesitáis el feedback del público…

Sí! si haces humor si, ¡está claro! Y me encanta hacer reír. No soporto el conflicto ni que la gente esté triste, no puedo…. Además, cuando la gente ríe se distensa, entonces ya podemos hablar de cosas importantes…

Tienes un niño pequeño, ¿cómo  haces para conciliar el trabajo con la familia?.

Haciendo malabarismos logísticos, con familia, canguros, pareja… se hace lo que se puede. Por suerte si haces teatro te lo puedes compaginar muy bien, porque con el horario infantil, por la mañana lo llevas al colegio, y por la noche después del baño ya puedes irte a hacer la función, ya lo tienes todo “encarriladito”. Hay días que llego al teatro a descansar… «Voy a hacer función que así estaré *sentadita” un rato.

Ahora estás haciendo televisión también.

Si, tenía la idea de que hacer televisión era muy duro, pero justo ahora en enero he empezado a hacer la serie «Como si fuera ayer» en TV3, a mediodía, y escucha, me ha cambiado la visión totalmente, me estoy encontrando muy a gusto. Mi personaje se llama Gina y fíjate que hago «Los monólogos de la Vagina»… y me dicen “Va, Gina!” No puede ser…

Hace poco salió a la luz el acoso en el Instituto del Teatro. ¿Que piensas sobre lo sucedido?

Pienso que han sido muy valientes, visibilizando el problema, y bien que la gente se anime porque realmente se tiene que erradicar y si los problemas no se explican, parece que no estén. Todo se tiene que hacer visible, así podremos ver el problema, vamos a buscar la raíz, vamos a buscar las soluciones, vamos a cambiar el comportamiento, vamos a mirar por qué pasa esto, pero si no se habla, no podremos hacer nada. La gente parece que tiene como una pesadumbre a intentar reivindicar, pero es que hay gente muy oprimida, el abuso de poder es muy bestia, entonces está claro, venimos de una época de tanto miedo, tanto miedo… que ya va siendo hora…

¿Proyectos?

Siempre hay, de momento continuar con «Monólogos de la Vagina», haciendo también televisión y en junio haré unas Píndoles Festival. Y de momento, ¡Santa Rita, que me quede como estoy…!

De momento, hasta el 18 de abril podemos verte en la Sala Aquarella y echarnos unas risas! Muchas gracias.

Antonia Utrera