Borja Nicolau: “me sentí adicto al móvil”

Por: Antonia Utrera.-

Borja Nicolau (Barcelona, 12-07-1992) estudiaba ingeniería y a la vez trabajaba de locutor de radio en Flash FM, su sueño desde pequeño. Hacía tres años que trabaja profesionalmente como “product manager” de una gran multinacional, mientras se dedicaba a su otra pasión, los monólogos. Finalmente decidió dedicarse exclusivamente al mundo de la comunicación y la comedia, y justo cuando acababa de tomar la decisión, llegó la pandemia.

Le gustan los números pero mucho más poder comunicar. Hace de maestro de ceremonias con bloques de humor en eventos para empresas. Y también da formación en comunicación porque le gusta ayudar a otras personas a que comuniquen mejor a la hora de habla en público. Y esto no desde la teoría, sino desde su propia experiencia, subido a los escenarios tres veces por semana. «Si tienes una buena idea tienes que saber comunicarla» dice.

Hasta mayo podemos verlo en la  Jove Teatre Regina con su espectáculo «Adict@s al Móvil» que ya va por la segunda temporada, con más de diez mil espectadores.

 

Te defines como cómico profesional, comunicador y entusiasta!

Siempre me ha gustado hacer muchas cosas, de hecho es algo que siempre me ha caracterizado, que soy muy curioso. Entusiasta es quizás la que más me define de todas, cuando empecé en este mundo tenía dieciséis años y empecé haciendo radio. Estudié ingeniería porque tenía facilidad para los números. Hice un salto a la radio más grande y este ir haciendo muchas cosas que me gustaban, ahora ingeniería, ahora monólogos, ahora radio, ahora a presentar, siempre me ha definido, siempre he ido probando caminos de cosas que me gustaban y de aquí viene aquello de entusiasta.

Cómo hacer lo que te gusta y ganarte la vida con ello…

Cuando tenía dieciocho años empecé a estudiar ingeniería. Esta es una vía donde es más fácil ganarte la vida, la otra como comunicador es más difícil y me ha llevado más años llegar al momento en que te puedes ganar la vida.

De hecho ya llevas unos años.

Dedicándome exclusivamente desde el 2020, desde quince días antes de que saliese Fernando Simón en la tele. En realidad un mes antes, el 14 de febrero dejo la empresa y el 14 de marzo aparece Fernando Simón hablando del confinamiento..

En plena ebullición creativa del inicio…

Sí, pero siempre me gusta aclarar que no fue un cambio de tirarme a la piscina sin saber lo que había, ya hacía muchos años que lo compaginaba, y no fue que en el 2020 me iluminé y dije, “probaré a ser cómico y comunicador, siendo ingeniero y no teniendo idea de lo que haré”, no, llevaba diez años, desde los dieciséis, experimentando, que si radio, que si acontecimientos y otros… Y de hecho cuando empecé a hacer un podcast de gente que había hecho cambios de vida como yo y los entrevistaba para ver que habían aprendido ellos, es una de las cosas más común en la gente que después les ha ido bien, que cuando hacen un cambio de vida hacia una cosa que les apasiona, antes han estado años experimentando aquello, con lo cual tú sabes que te gusta y tienes una primera pista que quizás puedes hacer dinero con aquello que te gusta.

A los dieciséis empezaste a hacer radio…

Si, en Radio Playa de Aro, veraneaba allá desde pequeño y en aquel momento escuchaba mucho la radio, era fan de Flash FM, y como que me gustaba mucho la radio y me gustaba hablar, pensé que quizás podría ser locutor y les envié un email y fui allá a preguntar: «Puedo ser locutor?» Y me dijeron: «No, porque no tienes experiencia, pero puedes hacer prácticas. Entonces hice prácticas y al cabo de un tiempo comencé con mi programa.

“la innovación, la creatividad, todo nace de conexiones aparentemente ilógicas”

De hecho, tu vocación es la comunicación en general, la ingeniería ha quedado para hacer los números.

Sí, exacto! (ríe) para hacer las facturas, que no está mal, porque me gusta. De hecho, hay días que estoy en proceso creativo y me estanco un poco, «hoy no me sale esto», entonces me digo «voy a hacer el Excel», me paso un rato haciendo facturas y números, y después vuelvo al proceso creativo…

Para hacer números no necesitas inspiración.

Totalmente, yo siempre digo que yo me pongo a hacer números y de aquí a media hora sé que tendré un resultado, «esto lo conseguiré», pero cuando tienes que escribir un guion no sabes cuánto tardarás en sacarlo, igual son quince minutos, o tres horas…

¿Y cómo es tu proceso creativo?

Es mucho de «hoja en blanco», me gusta tener la hoja en blanco y escribir a lápiz, lápiz más que boli, no sé por qué, es una manía desde pequeño, y me gusta relacionar conceptos. La mayoría de mis procesos creativos los hago relacionando conceptos. Si por ejemplo tengo que escribir sobre el móvil, me escribo primero observaciones que quiero comentar y qué cosas estoy viendo. Cuando tengo setenta, ochenta premisas, que le decimos nosotros, observaciones de las cuales sacar humor, entonces cojo una de estas e intento sacarle el punto de humor, asociaciones creativas, ironías y estrategias de guion, pero siempre parto, y es mi manera de hacer humor, de observaciones cotidianas de la vida real.

¿Y la inspiración?

Es esto, intentar que haya cosas en el día a día y cuando me pasan me las voy guardando. Y cuando tengo que partir de cero, hago asociaciones creativas, conexiones aparentemente ilógicas, de hecho es una de las cosas que más trabajo cuando ayudo la gente a comunicar, intentar construir esta conexión…

El signo de la inteligencia…

Sí, es la creatividad, dicen que la innovación, la creatividad, todo nace de conexiones aparentemente ilógicas.

A nivel biológico son las conexiones neuronales.

Y además es un músculo que se entrena, es decir, cada vez sale más fácil.

Y hablando de tu espectáculo » Adict@s al móvil», ¿Cómo nació?

Nace del hecho que yo sentí que estaba adicto, no sabía de que iría mi próximo show, estaba en aquel momento con un show en otro teatro que se llamaba: «El *Visionario» sobre mi cambio de vida y «Adict@s al *móvil» nació porque fue una temática que me preocupó a mí, sentí que el nivel de horas que yo le dedicaba al móvil era por encima de una cosa normal, era «demasiado», incluso me generaba incomodidad. Entonces hice como experimentos, a leer sobre la temática, experimentos conmigo mismo y como me interesó mucho y pensé que sería una temática que estaría de moda los próximos años, dije «lo trataremos con humor», que es una herramienta que a mí me gusta.

Ahora ya estás por la segunda temporada.

Sí, hice la primera el año pasado, de noviembre a mayo en el Teatreneu, entre dos y tres funciones a la semana. Y en octubre vinimos al Teatro Joven Regina.

Y estás todos los sábados, hasta mayo.

Sí, con muchas ganas, de momento el público nos está apoyando, llevamos casi diez mil espectadores de esta función. Es muy chulo, cuando tú sacas un show nuevo, no sabes cuál será la reacción del público. Yo tenía la intuición de que esta temática despertaría interés y que después, evidentemente, le tienes que dar a la gente un buen show, si la temática es interesante, pero el show no es chulo, no tendrá continuidad. Pero ha sido muy guapo ver como vienen personas de todas las edades, y esto creo que es una cosa difícil de conseguir en cualquier tipo de show. Yo les pregunto al comenzar: «Quién es el más joven y quien el más mayor» y lo normal es que vaya desde los doce a los ochenta, una cosa así…

Entrevista a Borja Nicolau. Revista Acelobert Barcelona. 193. Mayo 2024

Y este lado cómico tuyo, ¿Cómo nace?

Como todo en mi vida, nace de unas ganas de experimentar. Hubo una vez que estábamos haciendo un programa de radio de retransmisiones de fútbol del Barça con un compañero, totalmente amateur, desde casa y queríamos que fuera con toques de humor. Yo me encargaba de hacer los guiones. Entonces yo escribía guiones previos con humor, y allá me di cuenta que esto me gustaba, escribir humor. Pero no tenía formación, entonces me apunté a un curso de monólogos aquí en Barcelona, que se llama Stand-up Academy Barcelona, con Gabriel Córdoba, que es el profe de monólogos de España, diría yo. Hice dos años con él y allá es donde me fui formando y empecé a hacer mini actuaciones. Pero realmente fue dar forma a esta cosa, yo me daba cuenta que me gustaba jugar a escribir humor.

La semilla del humor ya estaba…

Yo no diría que siempre he sido el gracioso del grupo, hombre, es verdad que soy mas  bien «divertido» que no un «muermo», y dicharachero mucho, o sea, me encanta hablar! Pero no soy el típico que es super gracioso todo el rato . Lo que pasa es que el humor, como todo, tiene unas estructuras por detrás, que cuando aprendes a usarlas, cada vez también te salen más naturales…

Y que detrás del humor hay mucho trabajo.

Sí, hay esta frase de «el humor es algo muy serio” que a mí me gusta mucho, porque el humor al final nos conecta muchísimo.

Hacer reír no es tan fácil.

Es muy difícil. Una cosa que me he dado cuenta estos años es que los mismos chistes, y esto lo saben los cómicos y lo sabe todo el mundo, funcionan diferente dependiendo del día. Y son los mismos chistes o gags, y entonces dices, «¿por qué es esto?» Y porque hay algo, de energía, que es la base de lo que viene después del humor. Entonces, los primeros minutos, cómo conectas con el público más allá de las palabras es clave, de cara a después funcionar mejor o peor. Salgo al escenario y una primera interacción con alguien que sale bien, que conectas, los otros ya están más relajados, más seguros …  Hay algo de conexión y de energía y después viene el humor.

«¿Quién decide el tiempo que pasas con el móvil?

Volvemos al uso desmesurado que se hace del móvil.

Creo que es una herramienta que evidentemente nos aporta muchas cosas buenas, pero que tiene muchas aplicaciones por dentro, la mayoría diseñadas con un objetivo, tenerte el máximo de tiempo allá. Entonces, como el incentivo por las empresas que han diseñado estas aplicaciones es tenerte el máximo de tiempo allá dentro, acabamos pasando más tiempo del que nos gustaría. Para mí esta es la clave principal, «¿Quien decide el tiempo que pasas con el móvil? Eres tú o son los algoritmos que hay dentro. Tú estás en el metro, o en casa aburrido, por ejemplo y dices «voy a ver si tengo un mensaje de Instagram». Y esto podría ser un entrar, mirar y salir. Pero cuando has entrado te aparece una notificación que dice algo que te interesa, y esto además está muy bien estudiado, es algo que te gustará, y entonces dices, «ah, voy a mirar esto». Y ya está, ya estás metido dentro del círculo, y lo que iba a ser un minuto acaba siendo quince. Y si esto es lo que pasa con todo. Entonces si esto lo multiplicas por veinte veces al día, lo que hubiera sido veinte minutos de entrar al móvil que es lo que a ti te habría interesado, acaban siendo cuatro horas.

Abres el móvil para ver la hora y cuando te das cuenta…

Sí, de pronto estás viendo una cosa que ni te esperabas y quizás ni te interesa, pero estás allá.

¿Qué recomiendas?

Básicamente, hay tres recomendaciones muy sencillas que yo hago a la gente. La primera, el tema de las notificaciones, que dediques media hora a decidir qué notificaciones habilitas o deshabilitas. Cuando yo tengo el móvil inactivo a mí nunca me sale una notificación, nunca, porque estas notificaciones te llaman a entrar cuando yo no quiero entrar. Quizás hay unas notificaciones que te interesan pero no las veinticinco.

No todas nos interesan…

Claro, tú dices, yo entraré cuando quiera, pero no cuando quiera el móvil.

¿Y la segunda?

La otra es mirar cuáles son las aplicaciones que más usas, al final son cuatro o cinco solamente. Mírate estas y como probablemente la mitad del tiempo lo estás perdiendo aquí, ponte algunas normas que te ayuden a no gastar tanto  tiempo con ellas. Yo hice el experimento de decir «solo puedo entrar cuatro veces al día al Instagram», que yo le doy un uso profesional, y bajas a la mitad las horas que lo usas. Y no te pierdes nada, que esto es lo chulo.

¿Y si usas Instagram para perder el tiempo?

Es válido, pero ¿Cuánto tiempo quieres perder? ¿Quince minutos? Pues dilo «ahora entro a perder el tiempo quince minutos», vale, genial.

¿Y la tercera?

La tercera es decidir qué haces con las horas que ganas de móvil, porque si no te lo has pensado bien, volverás a caer, entonces lo interesante es en el fondo «Por qué estoy bajando las horas de móvil?» para hacer cosas que me gustan más que el móvil.

Una buena oportunidad para preguntarte, qué es lo que quieres hacer, qué es lo que más te gusta.

Y además te motiva porque dices, ostras, media hora más en el Instagram, o no? Si es media hora más en Instagram es media hora menos en esto que me gusta… leer, llamar a mi familia, verme con mi novia, lo que sea…

Decidir escucharse a uno mismo, como hiciste tú cuando decidiste dejar la empresa y dedicarte exclusivamente a aquello que más te apasionaba, la comedia y la comunicación.

Este es más realizador y a la vez más arriesgado, más inseguro.

Y qué consejo darías a la gente que quiere dar  este paso como hiciste tú?

Antes que nada, que experimenten, como he dicho antes, si no has experimentado es demasiado arriesgado. Date un tiempo extra para experimentar y ver que tal. Vas haciéndolo grande como un extra. Y si ya lo has probado, hay una pregunta «desatascadora» que es, «Qué es lo peor que puede pasar?».

Relativizar el riesgo. Y hacer unos ahorros también…

Yo hice un Excel y dije «con lo que tengo ahorrado, con los gastos que tengo normalmente, ¿Cuánto tiempo puedo vivir con cero ingresos? Si no tienes este colchón, es un poco difícil, porque esto te da mucha tranquilidad y te permite crear o construir sin prisas. Es importante hacer este colchón. Y la otra pregunta «desatascadora» es, «Y si no lo hago, ¿qué?» Esta te pega muy adentro. «Es una cosa que me apasiona, tengo el «gusanillo» de que lo quiero hacer, y si no lo hago no me lo perdonaré». Darse la oportunidad de probarlo.

Muy buena pregunta.

Habrá personas que quizás tengan un hijo, tengan una hipoteca y estén en una situación difícil para hacerlo, quizás no lo pueden hacer ahora mismo, pero ya llegará el momento.

Próximos proyectos.

¿Próximos proyectos? Casarme, el 15 de junio!. Y un verano tranquilito para empezar con fuerza en septiembre.

Muchas felicidades y mucha suerte!! Y gracias por esta entrevista tan inspiradora.

Antonia Utrera