
Grupo de hombres pro feministas: Grupos de Autoconsciencia
Por: Josep Maria Lozano.-
Tenemos un buen ejemplo de grupo de autoconciencia revolucionaria en los grupos de mujeres creadas en los años 60/70. Se hacían debates colectivos para poner de manifiesto las desigualdades que compartían todas ellas. Entonces tomaban conciencia de que lo personal que sufrían era fruto de un sistema que las oprimía. Además de estos trabajos personales, por tanto, hicieron surgir un movimiento de mujeres para la liberación de un patriarcado opresivo. Todo ello provocó una ola expansiva que hemos podido ver a lo largo del tiempo. Hicieron y están haciendo político lo personal.
Los grupos de hombres y los hombres interconectados a nivel personal, pues, es necesario que nos juntemos y nos ponemos a hablar sinceramente. Que lo hagamos para empezar a ver que tenemos problemas en común e intereses por compartir. Que la causa de estos problemas no somos nosotros solos, sino también el sistema que nos envuelve.
Llegados a este punto la pregunta sería: ¿En realidad la estructura patriarcal de alguna forma nos oprime o quizás sería mejor decir que nos aliena? ¿El patriarcado hace también de los hombres un grupo enajenado y subordinado al sistema? En palabras de Mark Fischer: El conocimiento puede convertirse en la base de la capacidad de acción; la capacidad de acción puede transformar las cosas. Por tanto, sólo el grupo subordinado puede tener la capacidad de cambiar en serio. Podemos realizar un paralelismo entre la revolución del proletariado como clase oprimida y el movimiento de liberación de las mujeres para salir de la opresión. En aquellos momentos surge una conciencia de clase oprimida, de lo que todos sufrimos. En nuestro caso, esta clase sería el conjunto de los hombres enajenados/subordinados que se esfuerzan por salir de la imposibilidad de trascendernos como seres humanos. Tengo presente que el patriarcado nos da una serie de privilegios que forman parte de los aspectos a desmontar. De hecho, son unos privilegios perversos que nos pretenden dormidos y alienados.
No existe revolución sin tener conciencia de opresión. Por tanto, más allá de lo personal, hay que ver todo lo que nos une a los hombres para salir de una alienación opresora. Virginie Despentes nos habla de cómo el patriarcado también hace suyo el cuerpo de los hombres: El cuerpo del hombre pertenece a la producción (capitalismo) en tiempo de paz y al estado en tiempo de Guerra. Atrapados como Sísifo en un trabajo esclavo, precario y repetitivo, hora tras hora. Imposibilitados de decir “No” colectivamente en la guerra, condenados a combatir y matar desde el odio y desde la confrontación contra otros hombres en un mismo estado de subordinación. Y aquí también soy consciente del privilegio perverso del patriarcado que nos dice en clave subterránea; “vuestro cuerpo es mío, pero a la vez haced vuestro el cuerpo de las mujeres.”
Entonces, ¿los grupos de los hombres tomamos conciencia de ser un grupo subordinado que necesita cambiar un sistema que nos oprime? Porque, si lo hiciéramos así, entonces sí que se convertiría en un movimiento de acción pública y solidaria. Este salir de la subordinación es también elevar un grito contra todo tipo de violencia y todo tipo de opresión; poner la mirada en el cuidado de la vida.
Una revolución que cuide la vida es el objetivo del feminismo y también el nuestro. Sin embargo, deberíamos entender que ahora mismo son dos caminos en paralelo para acabar encontrándonos. Así pues, hay que reflexionar en profundidad cómo queremos hacer este camino.
Josep Maria Lozano
Comunitat d’homes per la cura de la vida (si quieres contactar con nosotros, escríbenos a comunitatdhomes@gmail.com )
Homes Igualitaris (AHIGE Catalunya)
https://www.homesigualitaris.cat/