Entrevista Xavier Miralles. Revista Acelobert Barcelona. Setembre 2024

Xavier Miralles: “Al final la pérdida es parte de la vida, ¿por qué tenemos que victimizarnos?”

Por: Antonia Utrera.-

Xavier Miralles Serrán (7/1/89, Monistrol de Montserrat, Barcelona) es director, guionista y actor. Es uno de los miembros fundadores de la productora Totem Producciones, con la que ha rodado dos largometrajes, más de diez cortometrajes y varios videoclips.

Se licenció en Comunicación Audiovisual por la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) y en el Máster en Dirección Cinematográfica en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (JAQUE).

Entre su filmografía destaca el reciente cortometraje El Destello, protagonizado por Daniel Grao y Jon Kortajarena, que ha tenido un largo recorrido por la Sección Oficial de varios festivales de primera línea como Elche, Alicante, Ciudad Real o los internacionales de Vancouver o BFI (British Film Institute). Su proyecto anterior, Void Chair, fue protagonizado por Macarena Gómez y Carlos Lasarte, que cuenta con numerosas selecciones entre las cuales destaca la Sección Oficial en Medina del Campo. En sus primeras incursiones dentro del cine hay que destacar el premio al Mejor Cortometraje Independiente del prestigioso Festival Internacional de Cine de Elche por «Palabras Cruzadas», uno de sus primeros trabajos. Recientemente, ha rodado su nuevo largometraje, Wonderland, que se encuentra en fase de postproducción. En el ámbito teatral tiene una gran experiencia con el formato de teatro corto con piezas que han tenido muy buena acogida entre el público y que han sido protagonizadas por actores como Marta Fons, Mar del Hoyo o Mikel Iglesias.

Ahora podemos verlo en la Sala Pangolín de Barcelona, dirigiendo e interpretando cinco espectáculos a la vez. Hasta allá nos desplazamos para conocer a este joven director y guionista imparable.

 

Vives en Sabadell, pero naciste en Monistrol de Montserrat.

Vivo en Sabadell desde hace doce años pero soy monistrolense absoluto. Es un pueblo pequeñito, muy bonito, que me ha inspirado muchísimo, tiene costumbres de pueblo, de gente próxima y chismosa también (ríe). Tiene mucho encanto. Cada día cuando me levantaba veía la montaña, veía Montserrat, que no es cualquier montaña. Es una belleza que encuentras cada día. Y la calma de la noche, porque para la creación, para los que somos como yo, que soy búho, nocturno totalmente, poder crear por la noche, con el silencio, se agradece mucho.

Eres director, guionista y actor.

Soy director y guionista, y después ya accidentalmente he acabado interpretando en las obras de teatro. Mi pasión por el cine vino muy pronto, desde pequeño me gustaba ver películas, y con trece años recuerdo ver «Señales» de Shyamalan y me marcó muchísimo, me aterrorizó y me fascinó a la vez, me emocionó mucho.

¿Desde el inicio ya querías producir?

Quería crear, quería generar aquella magia. Vivirla me encanta, pero hubo un momento que tenía las ganas de poder hacer yo la magia, de ser yo el mago. Y ¿cómo es ser mago de esto? Si a mí me emociona tanto, como debe de ser hacer que la gente se pueda emocionar? Yo siempre creo desde lo que me mueve a mí, de las experiencias propias, a veces demasiado propias (ríe). Es una manera de compartirlo con la gente e incluso cuando son cosas que te han hecho daño, el hecho de trasladarlas, de transformarlas en algo artístico, que lo vea la gente y compartirlo es una manera de sanarlo. Para mí el arte es la manera de sanar mis heridas.

Transformar en arte el dolor para poder sanar.

Sí, exacto.

Estamos en la Sala Pangolín en Barcelona, y este mes de septiembre tenéis en cartel cinco espectáculos dirigidos por ti, y en algunos casos también interpretando.

Sí, el primero fue «Salir del Terrado» que hace cuatro años que está en cartelera, después «No me cantes, que no te quiero», «El Síndrome Netflix», «No me toques el Alma» y la más reciente «Amor en catalán, sexo en argentino».

Y fue con «Salir del Terrado» que interpretaste por primera vez.

Fue un accidente bastante divertido, yo antes había hecho piezas cortas de teatro breve. Y hubo un día que uno de los actores se puso enfermo. No podíamos anular el espectáculo. Y «¿Quién ha visto la obra quinientas veces? Y dije, «yo!». Me lancé y en el primer pase  entró y se puso en la primera fila la Marta Fons, una muy buena actriz que solo nos conocíamos de vista, y yo pensaba, «madre mía… quizás no le gustará…»y al acabar entró al camerino y me dijo «lo has hecho muy bien! Yo no sabía que tú eras actor…!» No, no, si yo no soy actor! Pues me ha gustado muchísimo, tenemos que hacer algo juntos! Y yo pensé «si lo dice la Marta Fons será que sí..» Desde entonces es mi compañera de «Salir del Terrado», y es mi compañera de «No me toques el alma» y es también una de las socias de esta sala.

¡Y te lo pasas genial!

Es otro estadio nuevo, siempre había escrito y dirigido, ahora puedo estar adentro, puedo vivir lo que viven los actores cuando los he dirigido, entiendo todas las partes, y es chulo. Mientras la gente lo quiera lo continuaré haciendo porque de momento me está yendo muy bien.

Una sinopsis de cada uno de los espectáculos en cartel.

«Salir del Terrado» es una comedia súper costumbrista, muy divertida, generacional y que emociona a la vez. Un encuentro muy peculiar entre dos vecinos que no tienen nada que ver entre los dos y se quedan encerrados en la azotea.

Entrevista a Xavier Miralles. Revista Acelobert. Setembre 2024

¿Y «El Síndrome Netflix»?

Una comedia alocada sobre un director de series que está en una crisis creativa total y tiene a su ayudante totalmente esclavizado. Y «No me toques el Alma» es una dramedia, una comedia con unos toques muy profundos y muy poéticos y muy bonitos, que hace que la gente se emocione muchísimo, ríen y se emocionan.

¿Y «Amor en Argentino»?

Es una comedia muy divertida donde la gente se siente muy identificada porque es la historia de una pareja que reflexionan sobre por qué se acabó su relación, cada cual en la consulta de su terapeuta.

¿Y la de «No me cantes que no te quiero»?

Es una comedia surrealista y absurda que tiene lugar en una sala de espera con dos personajes que van a hacer una entrevista de trabajo y no se soportan ninguno de los dos, y poco a poco irán descubriendo que tienen cosas en común…

Las cinco son comedias…

Sí, porque me lo paso muy bien haciendo comedia, siempre he sido muy payaso, me gusta mucho reírme de mí mismo, creo que es como deberíamos enfrentar las cosas, pero curiosamente en el cine soy totalmente diferente. Me gusta mucho más abocar una parte dramática. El teatro mueve unas cosas y el cine otras.

Detrás de la comedia a veces hay drama…

Yo siempre lo digo, detrás de una buena comedia siempre hay un drama. Si pensamos en cualquier comedia que nos haga mucha gracia, lo que les está pasando a los personajes es muy fuerte. «La Vida de Brian» que todo el mundo se despiporra de risa, hombre!, los están dilapidando, los están crucificando, en fin…  Detrás de una buena comedia siempre habrá un drama. Es la manera que tenemos de sacarle peso a las situaciones dolorosas.

También has dirigido cortos y largometrajes.

Sí, yo hice comunicación audiovisual y a los veintiún años, cuando estaba a mitad de la carrera me estaba aburriendo mucho, hacíamos periodismo, tele, pero yo quería hacer cine ya. Y como que me aburría mucho en clase escribía guiones debajo de los apuntes…

¿La primera película que dirigiste?

Fue «Letargo» un cortometraje en 2015 que se movió mucho por los festivales, es un corto que se puede ver a youtube, y que lleva unos tres millones de reproducciones. Desde entonces he rodado un montón, destacaría «Palabras Cruzadas» con el que gané el premio en Elche, fue un premio importante. Y después rodé Void Chair en 2016. Después vino «El Destello» en 2018, que lo hice con Jon Kortajarena y Daniel Grao. Estuvo dos años por los festivales y justo estábamos mirando en qué cine hacer el estreno cuando llegó la pandemia. Ahora tenemos pendiente de estrenar un largometraje, Wonderland.

También has escrito una novela.

Sí, he escrito «La suerte de los peces naranja». Es la historia de un chico que está a punto de llegar a los treinta, y que no cumple ninguno de los requisitos que la sociedad espera de él. No tiene pareja, no se ha comprado un piso, no tiene mucho trabajo porque se dedica al cine, no tiene hijos ni visión de tenerlos y está a punto de cumplir los treinta y se ve más perdido que nunca e inesperadamente conoce a una persona que cambiará todo. Es una comedia romántica LGTBI, como una Bridget Jones pero en tío. Un personaje que se ríe mucho de sí mismo, muy sarcástico con todo, muy irónico con su propia vida y se parece bastante a mí (ríe).

Has escrito también «De Amor, Muerte y otras escalas del dolor».

Sí, pasé unos meses muy malos. A finales del año pasado e inicio de este estuvo muy complicado, muchas pérdidas. Ha marchado mucha gente muy importante. Hubo un momento que se encadenaron muchos lutos. No me había pasado nunca, yo había sido muy feliz siempre y no me había podido imaginar que tantas personas de golpe marcharían, muchos pilares de pronto desaparecían y fue una manera de sanar un poquito estos males. Creé unos relatos cortitos sobre duelos diferentes que estaban relacionados con el amor, con la muerte y con otros males.

Escribir te ayudó…

Me ayudó mucho, la verdad, pero también pensaba que quizás no interesaría a nadie leer todo esto. Pero la respuesta que he encontrado ha sido muy bonita porque al final son relatos universales con los que cualquiera se puede identificar. Mucha gente me ha escrito diciéndome que se han sentido identificado, que también han sentido este dolor. Al final la pérdida es parte de la vida. ¿Por qué tenemos que victimizarnos, mirarnos el ombligo y pensar que nos pasa lo peor a nosotros?.

Poder comunicarlo a través del arte.

El arte nos permite hacerlo todo. Y me gusta tocarlo en todas las vertientes que puedo o que sé, ya sea escribiendo, sea dirigiendo, sea interpretando, en formado teatro, cine, novela, relato corto…

¿Qué buscas compartiendo todo esto?

A veces pienso que los artistas tenemos mucho de ego, y la manera que tenemos de sentirnos queridos es mostrando lo que nos pasa y que el retorno  de todo esto en forma de cariño, nos gusta y nos da confort. Pero otras me inclino a pensar que lo que busco realmente es entenderme a mí mismo, parece un tópico, pero es verdad, cuando escribes ves todo lo que tienes y lo sacas, lo transformas, y esta transformación te ayuda a sanar, a superarlo, a abrazarlo, lo que sea dependiendo del sentimiento que tengas, de alguna manera es como te conoces mejor a ti mismo.

En tus obras suelen aparecer personajes LGTBI.

En todo lo que yo cree, si puedo meter un personaje del colectivo, yo lo meto, pero no siempre teniendo que hablar del colectivo. Para mí es muy necesario visibilizar y normalizarlo porque ya hay gente que lo ha pasado muy mal en su vida y tratan artísticamente su reivindicación a través de piezas que visibilizan problemas del colectivo. A mí me gusta mucho poner los personajes LGTBI en cualquier situación, sea buena o mala, porque yo he tenido la suerte dentro de todo de tener un camino relativamente cómodo como persona LTGBI y, por lo tanto, quiero que haya personajes LGTBI. Lo visibilizo porque estamos aquí y porque no siempre estamos sufriendo, que también, pero también vivimos y quiero que se vea. Es necesario ver los problemas, se tienen que visibilizar, pero también tenemos que ver gente feliz o gente preocupada que sea del colectivo.

Y con cinco espectáculos a la vez, ¿Cuando descansas?

(ríe) Cada vez descanso más. Es un camino difícil poder dedicarse al arte. Tienes que estar constantemente buscando donde hay una fisura donde te puedas colar y que te quieran y te puedas quedar. Muchas veces los artistas, que estamos en una inestabilidad constante, tardamos mucho en poder encontrar una estabilidad. Para mí este camino siempre es una carrera de fondo y yo creo que he crecido trabajando y constantemente buscándomelo. Y ahora que hemos encontrado una sala es cuando empiezo a descansar, a tener horas libres. La sala está funcionando, ya podemos tener más personal, esto quiere decir que yo muchos días no tengo que venir por aquí..

Te refieres a la Sala Pangolín, La Pango…

Nació durante la pandemia, todo se paró, y fue un momento que se venía el cambio y lo que decíamos, como que no paro…

¿La dirección la llevas tú?

Sí, somos unos cuántos socios, pero la dirección la llevo yo. En febrero de 2022 estábamos abriendo. Y estamos muy contentos, empezamos con tres piezas teatrales y ahora tenemos muchísimos espectáculos, para adultos, teatro familiar, infantil. Está la zona de espectáculos con cenas, vermuts… me gusta tocar muchas cosas, quería un espacio polivalente.

¿Te sientes realizado?

Me siento super realizado, soy una persona difícil de no sentirse realizada, no me frustro y no creo en el fracaso. A veces las cosas no se consiguen y no pasa nada. Y si no sale esta, probamos otra. Te sientes menos fracasado si sabes coger las oportunidades de aquello en donde tú puedas funcionar.

Qué haces cuando no trabajas?

Estoy con mis perros, me los llevo a la montaña, vamos al río, les dejo que se mojen y se ensucien y después lavarlos. Esta es una de ellas. Y otra, voy al cine, es el santuario, voy cada semana una vez mínimo, es el único lugar del mundo, no exagero, donde descanso el cien por cien, más aún que durmiendo. Porque las dos horas de la peli no hay móvil, no hay ninguna distracción para mí.

Muy sanador también…

Absolutamente, cine, perros, montaña y leer, también me gusta mucho.

Mucha suerte y muchos éxitos en tu camino.

Antonia Utrera