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La importancia de las emociones en la infancia

Las emociones se encuentran en cada una de las actividades de nuestro día a día. Tienen un papel fundamental en como afrontamos éstas e incluso en el aprendizaje de nuevas actividades y conocimientos. En función de que emoción experimentamos en cada situación, asociaremos ese acontecimiento o ese nuevo conocimiento con algo positivo o negativo. Por lo que saber gestionar las emociones a la hora de ponernos a aprender algo nuevo (para un examen, una exposición, etc.), será fundamental para que este conocimiento quede consolidado y pueda ser recordado fácilmente.

Muchas veces vemos a nuestros hijos sumergidos en una emoción (tristeza, rabia, miedo) y lo que más nos gustaría es poder ayudarles a que se sintieran mejor. Debemos ser conscientes de que no podemos evitar el dolor a nuestros hijos, pero sí podemos enseñarles a conocer el amplio abanico de emociones y como gestionarlas, de manera que se sientan menos invadidos por ellas y que además puedan sacar un aprendizaje de la situación con la que han sentido malestar.

Por otra parte, los niños muchas veces no entienden lo que les ocurre, por ello pueden mostrar un malestar emocional a través de un mal comportamiento, falta de concentración, timidez, susceptibilidad o inquietud. Es importante estar atentos a este tipo de señales que los adultos a veces interpretamos como mala educación o rebeldía y que pueden estar mostrando, no de la mejor manera, un sufrimiento emocional.

Aquí os dejamos algunas herramientas que pueden servir para potenciar el desarrollo de la inteligencia emocional en nuestros hijos: 1. Aceptar sus emociones y ayudarles a ponerles nombre (ejemplo; se te ve triste ¿me equivoco? o parece que te sientes triste o tengo la sensación de que tienes miedo, etc.). Es importante evitar frases como; no llores que no pasa nada, no te enfades que ya se te olvidará, siempre te pasa lo mismo, etc. 2. Podemos usar el dibujo o el relato de historias para expresar algo que les ha ocurrido (incluso se puede contar la historia en tercera persona). 3. Intentar dedicar alrededor de 10 minutos de tiempo al día en el que únicamente estamos para él o ella (contar un cuento juntos, cocinar, jugar en el parque) y aprovechar para hacer alguna pregunta concreta, como por ejemplo; ¿Qué es lo que más te ha gustado del día de hoy? ¿Y lo que menos?

Para acabar, nos gustaría recordar que las emociones son una parte positiva de la vida, por las que recordamos un viaje, un abrazo, una canción, etc. Y para tener estas sensaciones tan agradables a veces también sentimos emociones menos agradables, así que nada mejor que aprender a gestionarlas de manera eficaz.

Saray Pilar Royo
www.emotionsinmotion.es

 

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